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Magistral pregón cofrade en Huércal de Almería a cargo de Francisco Javier Gálvez Revueltas


     DEDICATORIA

A mi abuelo Ángel y a todas las personas que observan desde el cielo.

PROEMIO

¿Has mirado el calendario? ¿Has visto qué día es hoy? Las palmas inundan las calles de nuestra ciudad bajo un cielo celeste como nuestro Mar. Niños vestidos de hebreo y aparece Dios a lomos de un borriquillo  anunciando lo inevitable: Jesús acepta la voluntad del Padre en Huércal de Almería.

Despierta al niño que todos llevamos dentro, que las campanas repican y el aire trae sonidos de cornetas y tambores, una acuarela dibuja al primer nazareno y una nube de incienso comienza a impregnar cada rincón de esta ciudad.

El pequeño nazareno de la mano de su padre, la mantilla,  el costalero, el músico… esta es la Cruz de Guía que anuncia la Semana Santa de mi querida Huércal de Almería.

Jesús entra en Jerusalén, compartirá la Última Cena, nos llenará de Ángeles y Misericordia, y, todo, bajo un manto de estrellas, que harán que no sean tan amargas nuestras penas.

Con Pasión y Gran Poder cargará su cruz; con Humildad y Paciencia será coronado y flagelado. Con su Perdón nos aguarda el momento de su Sentencia. Antes, ya habrá sido prendido, su mirada nos habrá vuelto cautivos y la Oración en el Huerto hará que por mucho que queramos evitarlo ya sólo nos quede la Esperanza.

¡Qué rápido va esto! En esta Semana en la que el tiempo marca al revés llegamos al Jueves de Nazareno y de Dolores. Será crucificado, tras una larga madrugá, su Buena Muerte nos salva y, aunque de Angustias se llena el alma, el Consuelo es lo único que nos queda.

Ayudemos a que Descienda de la cruz. El entierro es inevitable, la soledad de una madre nos envuelve y, para entonces, ya estaremos a punto de acabar.

Tres días, solo tres días han de pasar para verlo resucitar. Así que corre: no perdamos el tiempo; disfrutemos de cada momento como si nada hubiera cambiado.

El martillo ya está sonando, los costaleros andando y el capataz está mandando.

Ya se abren las puertas. No me lo creo, desde aquí estoy viendo un farol. “La quiero sin mecía”, está diciendo el que lleva el traje. “Vámonos los costeros por parejo a tierra, que hay que salir de rodillas”, sigue diciendo.

¡Reloj párate! Por favor, déjame ver un poco más. Párate reloj, te lo pido como un último favor… ¡Mira!, ahí viene el paso en el que va mi nieto. El Señor mira al cielo y reza. Lo llaman de las Penas y no me podía quedar sin ver este momento. Gracias Señor por darme la oportunidad de vivir la Semana Santa.

Lo sé, sé que todavía no ha terminado. Queda por salir Ella, nuestra madre. Últimos movimientos. De verdad, qué bonita está para recorrer las calles de Huércal de Almería. Acompaña a su hijo, el Nazareno, que ya avanza y carga con la cruz.

Sí, ahora sí, ha llegado el momento: ¡ya está en la calle! Arriado se encuentra el paso. Así que, antes de que levante, quiero aprovechar para que, ante mi recuerdo, sepas una cosa.
Los recuerdos aparecen,
despedirme no quiero,
pero yo aquí me quedo
y deciros puedo
que los costaleros la mecen
y yo acaricio su imagen
con una levantá que va al cielo.

                                                                                               ovación

En este momento secuencial, interviene la Banda Sinfónica Municipal de Huércal de Almería interpretando la marcha procesional "Y en Triana, la O".


SALUTACIÓN Y AGRADECIMIENTOS

          Señor Alcalde  y miembros de la Corporación municipal de Huércal de Almería.
          Señor Ramón Bogas, Párroco de la Iglesia Santa María. 
          Miembros de la Junta de Gobierno de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno,            Nuestra Señora de los Dolores y Santo Sepulcro.
           
    Hermanos de la Hermandad, miembros de Juntas de Gobiernos de las diversas Hermandades que hoy nos acompañan; vecinos de Huércal de Almería, cofrades impacientes por la llegada de la Semana Santa, familiares, amigos; hermanos todos. Bienvenidos y muchas gracias por asistir a un día tan señalado para una cofradía como es el de su pregón. Ese momento en el que la cuenta atrás se hacer más lenta porque sí, los días han ido pasando en el calendario.

            Querida Hermana Mayor, Mari Carmen Segura, gracias por cargar sobre mi costal la responsabilidad de anunciar la llegada de vuestro Jueves Santo en el año de vuestro veinticinco aniversario. Hablo de corazón al decir que este día ha estado marcado desde que se me comunicó que sería el encargado de pregonaros. Mi primer pregón y vuestro veinticinco aniversario: ingredientes perfectos para que la ilusión esté presente.

            Muchas gracias a los integrantes de la Banda Sinfónica de Huércal de Almería por acompañar a este pregón con sus sones. Desde el primer momento que hablé con vosotros obtuve un sí como respuesta, así que estas líneas se quedan cortas para agradeceros que estéis aquí. Esta introducción no se entendería sin el son de las marchas procesionales y con vuestra presencia aquí ha sido posible. Gracias de veras.

Pero permítanme que me detenga en una mención especial. Sé su trabajo por esta cofradía y el amor que tiene por ella como para que para él todos los días sean una mezcla entre Jueves Santo y Viernes Santo. Hablo de Antonio Hernández Asensio, aunque más de uno lo conoceréis aquí como ‘Capi’.

No sabía lo que dirías en tu presentación, aunque me lo podía imaginar. Muchas gracias por confiar en mí para anunciar el día que todos los cofrades de Huércal de Almería esperan durante todo un año. Tenías que ser tú y tenía que ser este lugar. El municipio que vio mis primeros pasos en la prensa almeriense, el que me enseñó una nueva visión de la Semana Santa gracias a la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar y el lugar que, sin olvidar a Nuestro Padre Jesús de las Penas y María Santísima de la Estrella del Barrio de Regiones, que estaban como testigos, nos vio compartir momentos de costaleros junto a la Virgen de La Fuensanta.

Tú de capataz y yo de costalero; tú de compañero; tu de miembro de la junta y yo de pregonero. Nuestros momentos de música cofrade y fútbol tienen su cuna en este municipio de buena gente. Solo puedo darte las gracias. Así que gracias de nuevo, amigo.

ESTADO DE LA CUESTIÓN: PENITENCIAL 

Huércal de Almería tiene todo lo que cualquier amante de la Semana Santa pueda desear para destacar en la época más bonita del año. Su nombre está en cada rincón de Andalucía, paseado con orgullo por los integrantes de sus bandas de música. Porque, si algo podemos destacar de esta tierra, es que es tierra de músicos, músicos que integran la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar y la Banda Sinfónica Huércal de Almería, que volverá a acompañar a esta hermandad en sus estaciones de penitencia, y que con gran gusto ambas bandas nos deleitaron a todos el pasado 25 de febrero en el I certamen de música procesional. Sin olvidar, claro está, a los numerosos hermanos que trabajan con pasión y ahínco por nuestra semana grande y por esta Hermandad.

Desde el momento en el que recibí la llamada para estar aquí delante de todos ustedes los nervios y el miedo se mezclaron con las ganas e ilusión. Yo, un novato en esto de ponerse delante del atril para realizar un pregón, sentí la necesidad de coger mis mejores armas de costalero y cofrade para pregonar como se merece vuestra Semana Santa. Con un izquierdo, cuatro pasos y costero, pero al fin y al cabo algo que quedara en el recuerdo. Unas memorias que duren, al menos, 25 años más.

Por suerte tengo a mi lado a gente con experiencia en esto de los pregones. Con los micrófonos verdes de Onda Cero Radio Almería presentes, el primero fue Don Rafael López Usero, quien me dijo “escribe lo que te salga del corazón”. Sabios consejos para un comienzo.

Después llegaron los estimados hermanos Aguilera: Juan y Rafael, que también placaron los nervios. Aunque tampoco me podía olvidar de los consejos de Daniel Valverde.

María del Mar Aguilera también puso su grano de arena, quizás el más importante. Puso las marchas, encendió el incienso y dispuso todo para que la inspiración fuera llegando poco a poco. Por entonces, estas letras solo andaban por la presentación, esa en la que por un momento, al cerrar los ojos, recordáramos a todos los que nos faltan.

Con todas las palabras y todos los consejos salió esto, aunque siguiendo al “maestro Usero”, al fin y al cabo, letras que salen del corazón.

Ya lo decía antes, veinticinco años han pasado desde que se pusiera la primera piedra. La idea de una cofradía para Huércal de Almería se convirtió en una realidad que ha durado durante los años. Algunos de los aquí presentes ni siquiera habíamos nacido, pero… ¿cómo no desear la llegada de la igualá y la llegada de los ensayos? Esfuerzo e ilusión, solo por ellos: por nuestros titulares.

LA FUENSENTA SIEMPRE PRESENTE

Las buenas gentes se demuestran en los pequeños gestos y en esta Hermandad hay en todos sus rincones. En La Fuensanta, una camada de jóvenes cofrades imberbes y que apenas superaban los dieciocho años querían sacar a su Virgen por las calles del barrio. Era el momento de pedir ayuda y allí estabais vosotros para colaborar con nuestros sueños con el préstamo del llamador e incluso del paso de vuestra sagrada titular.

Con todo el patrimonio cedido, la Virgen de La Fuensanta recorrió sus calles y sin apenas darnos cuenta comenzaba la vinculación de amistad. Jóvenes de un barrio llegaron a vuestra cofradía. Unos entraron a ser los pies de Nuestro Padre Jesús Nazareno y del Santo Sepulcro. Otros, acompañaron a esa madre con cara de niña: Nuestra Señora de los Dolores. El titular daba igual, lo que verdaderamente importaba era la pasión y el amor por ellos.

Y así es el barrio del que yo vengo,
con un aroma diferente
Y así es su gente
Que ya sea en julio o en septiembre
Solo busca el buen ambiente
Y al pensar en Semana Santa
Procesiona con su Virgen de La Fuensanta
Recorriendo sus calles
Olvidando miles de males
Y se muestra impaciente
por la llegada de la primavera
Y todo lo que ello conlleva
Para engalanar cada acera,
Latiendo los corazones,
En mi caso mirando a Regiones,
Destacando las ganas y la humildad
De acompañar a su hermandad.

ovación

XXV ANIVERSARIO FUNDACIONAL: UN RETO PASTORAL

Mi relación con Huércal de Almería y su semana grande va tanto desde mi amor por mi banda de Nuestra Señora del Mar como la que profeso por esta Hermandad. Recuerdo lo que más me sorprendió cuando llegué aquí. No solo fue que me hicieron sentir como un verdadero hermano, sino que, además, tras los ensayos en la primera trabajadera de nuestra Señora de los Dolores, cuando llegó el momento de recorrer con su bello paso las calles de este municipio, el escalofrío que sentí.  Un escalofrío que pensaba que no volvería a sentir y que llegó cuando dijeron que los dos costeros tenían que bajar por parejo a tierra porque hay que salir de rodillas.

“¿De verdad, de rodillas?”, pensé.

Con todo preparado, el paso de nuestra Madre se acercaba al dintel de la puerta. Reconozco que un nudo apretaba mi garganta y sentí esos nervios como si fuera la primera vez.

Indicaciones desde fuera del paso: “Poquito a poco, no hay prisa, bueno mis valientes”, y ya estábamos en la calle, con todos sus vecinos esperándola, esos que día tras día la visitan y derraman sus plegarias. ¡Viva la Virgen de los Dolores! Se exclamaba mientras se comenzaron a escuchar los primeros sones de esta banda sinfónica.

Se mezclaban los sollozos de los costaleros emocionados por ver a su Madre recorrer las calles de nuestro municipio y el racheo de sus pasos, despacio, saboreando cada uno de los segundos, esos segundos que habíamos estado esperando desde hacía 365 días .

Olor a incienso se colaba por los respiraderos, los cambios se realizaban al compás de las marchas y los aplausos de todos los vecinos sonaban al unísono para agradecer a los costaleros que llevaran a los titulares hasta las puertas de sus casas.

Veinticinco años han pasado ya desde su fundación y la Cofradía sigue creciendo. Huércal de Almería puede sacar pecho. De pasos a hombros a pasos a costal, mayor número de nazarenos y mantillas, un certamen de bandas y, por si todo eso fuera poco, desde hace unos meses vive con nosotros un nuevo vecino: el Santo Yacente. Salió de un escultor sevillano para, por caprichos del destino, llegar en el vigésimo quinto aniversario. Así lo quiso él y, por fin, procesionará por sus nuevas calles.

Aquel 1.993 comenzó todo con la primera salida procesional. La Semana Santa ya tenía nombre en Huércal de Almería. Los días iban pasando y cada Jueves Santo salía Jesús Nazareno acompañado de su Madre, Nuestra Señora de los Dolores. Llegaba el Viernes Santo y El Santo Entierro se vivía con una gran solemnidad. Así, poco a poco se fue haciendo más grande al municipio y a sus cofrades.

12 años más tarde, en 2005, la historia de la semana grande de Huércal de Almería tenía reservada su fecha de crecimiento. Esta vez sería la música, la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar nacía y se consolidaba. El nombre del lugar que nos vincula a todos nosotros estaba escrito en su banderín y era la manera en la que, con el esfuerzo y la paciencia como principales protagonistas, decenas de huercalenses aprendían un nuevo modo de vivir la Semana Santa.

Lo quiso la vida y lo quiso Dios. Las dos corporaciones tenían que agarrarse de la mano. Una, la ‘agrupa’, apenas había comenzado a andar, mientras que la Cofradía gozaba de la madurez que otorga el tiempo de más de una década de trabajo y esfuerzo. Y así fue. Un Jueves Santo del 2006 las puertas de la Iglesia Santa María se abrieron. El Señor cargaba con la cruz al hombro y sonaron trompetas y tambores de la Agrupación Musical. Tuvo que ser en Huércal de Almería el comienzo de todo. Sin que nadie lo esperaba solo con escuchar tu nombre todos saben de lo que hablan.

Ha llegado el momento. Otra vez esa misma sensación que recorre el estómago desde hace ya 25 años. Los días pasan como si fueran años, los minutos como horas… El tiempo transita lento. El Jueves Santo cada vez está más cerca, aunque no termina de llegar. Mirando el tiempo rogamos que solo esté el agua que sacia nuestra sed. La Junta de Gobierno engalana al Señor Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores está ataviada de la forma más bella que podamos imaginar y el Yacente espera estrenarse después de dar su vida por todos nosotros.

EL NAZARENO: HASTA TRES CAÍDAS

Del colorido y la alegría que trae consigo el Domingo de Ramos, al silencio que se puede palpar en los minutos previos al Jueves Santo. Curiosa la vida del cofrade. Deseando el momento y a la vez sin querer que llegue para que no pase. Viviendo cada segundo para que perduren en la eternidad.

En la calle, el murmullo de tu gente, impaciente por verte un día más, resuena en el ambiente. Suena algún que otro instrumento que se prepara para lo que viene y la respiración de los presentes se puede hasta tocar, rodeada de los suspiros que anuncian la llegada de los inevitable.

Con una luz tenue vengo a ti Nazareno. Es imposible no emocionarse. Después de todo un año descansando en este templo sin la cruz en el hombro, no hemos podido evitarlo: Pilatos se ha lavado las manos y te ha sentenciado.

Es admirable, la mirada tan triste, el sufrimiento que está a punto de venir y que lo aceptes para librarnos a nosotros de todos nuestros pecados.

Durante los últimos días solo había que ver las caras de ilusión de todos los que te van a acompañar en este camino de fe. ¡Vámonos con el Señor de la Barba! Ha sido lo más repetido en cada uno de los ensayos.

Tus fieles están aquí, mirándote, pidiéndote por los que más lo necesitan y los enfermos, pero yo, miro tu rostro, veo que agachas la mirada y no puedo evitar pasar de la tranquilidad a sobrecogerme por todo lo que se avecina. ¿De verdad no había otro modo? Aceptas la voluntad del Padre por nosotros, pero… solo al mirar tus ojos  siento un vacío por dentro que me congela hasta lo más profundo de mi ser.

¡A tus pies me pongo Nazareno! A punto estas de entregar el alma y yo no podía evitar postrarme ante ti en las vísperas de un Jueves Santo. Tus manos, que hace poco partían el pan de tu cuerpo, tendrán que cargar con el peso de la cruz. Lo siento… no hemos podido evitarlo.

Así lo dicen las escrituras: Y él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, y en hebreo, Gólgota. (Juan 19, 17). En este camino quiero pedirte por todos los que madrugan cada mañana para dar lo necesario a su familia.

Te pido por los más necesitados, que no se sientan negados como tú por Pedro.

Por tus costaleros que se ajustan la faja y el costal
Sin que haya vuelta atrás.
Porque en cada chicotá reine la humildad.
Porque a la gente de Huércal de Almería
Solo les lleguen momentos de alegría
Porque no haya sufrimiento en toda la humanidad
Porque lo siento,
Porque te quiero
Y porque de Huércal eres Moreno
Esto va por ti,
mi Padre Nazareno.
 ovación

lA REINA DEL DOLOR: ESTRELLA DE AMARGURA Y CONSUELO

Nubes de incienso recorren cada rincón de la ciudad. Los primeros acordes de marchas procesionales han sonado y la velas ya están encendidas, mientras los cofrades de esta bendita tierra rezan ante su Reina: Nuestra Señora de los Dolores.

Mirando al cielo te encuentras, con lágrimas en los ojos. Imagino que no debe haber nada más triste que ver sufrir a un hijo, pero no llores, Madre. Seca tus mejillas porque si se rompe una madre ¿qué nos queda?

¿Qué se puede decir del refugio de una madre que no se haya dicho ya? Vosotras sois las que lucháis por vuestra familia, las que sacáis fuerzas de donde no las hay… Por eso si tú te rompes, si tu lloras, si no mantienes la entereza, nada se podrá remediar.

La fortaleza que alberga tu nombre recorre los lugares como un pececito nada de un lado al otro buscando quien lo refugie. Esas ganas de luchar, de volver a la vida, de reír, de tener amor y esperanza que solo tú conoces está en cada una de las madres que se llevan la mano al pecho y alzan la vista para rogar por el fruto de su vientre.


RÉQUIEM POR "EL PESCAÍTO" 

Nuestra Señora de los Dolores está en todos esos corazones de mujeres y hombres buenos. Navega de un lado a otro y nos protege. Está en cada rincón de las personas que lucharon sin descanso por el pequeño Gabriel Cruz Ramírez. Nadando sin parar. Un pececito tan grande como lo es el refugio de una madre. Creyendo hasta el final; luchando hasta el final. Solo mirando al cielo y rezando… tal y como tu te encuentras, rogando a Dios por nosotros y por los que nos ven desde ahí arriba, a su lado, como lo hace la sonrisa eterna del pescaíto de Almería.

Tú que sabes lo que es el dolor, acógelo en tu reino, protégelo y cuídalo. Su madre en la tierra vivirá tranquila al saber que está con su madre del cielo. Nadando con los peces buenos merecedores del paraíso de Dios. Gabriel Cruz Ramírez, descanse en paz.

Hace poco menos de un año nos preparábamos ante ti con la ilusión de que te vieran los habitantes de tu pueblo. Esos que miran a la cara más guapa de Huércal de Almería. Íbamos al encuentro de ellos y de tu hijo.

María, necesitaría mil pregones para poder expresar todo lo que se siente al tener la oportunidad de ser tus pies. Sonaba Hossana in Excelsis, el costal apretaba, pero la ilusión de sentir las trabajaderas podía con todo. Confieso que esa marcha es mi debilidad y si encima va acompañado de ti poco más se puede pedir. Porque sí, Madre, solo con escuchar tu nombre llega esa definición que lo engloba todo. Del amor al dolor, del miedo a la esperanza… Solo contigo porque solo una madre lo es todo.

Con tu candelería encendida comenzamos a salir y la dificultad cada vez era mayor. Parecía imposible, pero solo con pensar en tu nombre el cielo se ilumina como el mejor amanecer que trae la primavera.

No sufras madre mía, por el hijo que se va
Y llénate de alegría por la paz que reinará
Tú no sufras madre mía por los que te portarán
Porque a través de tu alma salud repartirán
Tú no sufras madre mía,
roguemos por los que no están
que desde el cielo ven cada chicotá
No sufras madre mía o nuestras fuerzas fallarán
Porque la gente de Huércal de Almería
Cuando la vida se convierta en una pesadilla
Va llegando de rodillas
Mirando a la luz que más brilla
Pidiendo bendiciones
De la más bella de las flores:
Nuestra Señora de los Dolores.
  
                                                                                            ovación

Termina una intensa madrugá. Veinticinco años después, el sol comienza a verse en el horizonte. La silueta de tu cuerpo nos ha dejado sin aliento. El astro ilumina y la sombra de la Cruz se posa sobre Huércal de Almería. Después de momentos de Amor, Perdón, Sed… ha llegado el momento que lo ilustra todo. Llega el Viernes Santo y todos lo saben: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”… El final de la Pasión y el comienzo de la Resurrección.


EL YACENTE: EL VERBO DE DIOS SE HIZO CARNE

Nazarenos se colocan el capirote. Las horas van transcurriendo con el recuerdo de los sonidos que adornaban el Jueves Santo. Llega la solemnidad. Donde antes había vida ahora hay muerte. Todo por nosotros. Te entregaste porque solo los padres sienten ese amor verdadero de sacrificarse por sus hijos. Tú estás en todos esos padres a los que el corazón no les cabe en el pecho. Yo tengo uno y sé de lo que hablo.

Descendido de la cruz está el cuerpo y el silencio observa el Dolor. Intento mirar tu cuerpo yacido y no puedo. Miro al rostro y solo veo las marcas de las espinas con las que has sido coronado. Las heridas que han provocado los clavos me hacen cerrar los ojos y que, por mucho que luche con ellos para que se mantengan abiertos, sea imposible observar tu belleza.

En una conversación que parece lejana, pero que está muy cerca pude hablar con la persona que te dio la posibilidad de estar aquí, delante de toda Huércal de Almería; con aroma de un Viernes Santo maduro, aunque con la ilusión de lo nuevo y que se mantiene.

Me alegro de que puedas pregonar a ese lugar de buena gente. En mis trabajos intento dejarme el alma”, me dijo mientras yo, sin ser capaz de enfrentarme a lo que el nombre de Jesús contempla, delante del papel y pensaba en la manera correcta de explicar los sentimientos que penetran en el alma ­como el cosquilleo que recorre a un padre que ha visto por primera vez a su hijo recién nacido por poder expresar todo lo que significas al verte en el momento del Entierro.


SEMANA SANTA HUERCALENSE 


Hemos esperado más de un año entero para verte. Cuando parecía que estaba a punto de llegar, el calendario aceleraba y pasaba hasta la llegada del día y hora señalados. Las cosas no pasan por casualidad, tenía que ser ahora, tenía que ser en este lugar y tenía que ser 25 años después del inicio. En la madurez, para seguir alimentando el crecimiento de esta Hermandad.

Silencio… y nada más. Filas de huercalenses, ataviados con los colores negro y morado que caracterizan la cofradía, llegan para volver a acompañarte. Una dualidad de sensaciones: donde antes estaba la alegría de la vida, ahora está la tristeza de la muerte. Tenía que ser así… no había otro modo.

Todo se ve a lo lejos con la melancolía de los buenos momentos y, aunque la pena embriaga el alma, solo tres días han de pasar para que comience lo que le da sentido a esto. Ha pasado tan rápido que ni siquiera nos hemos dado cuenta, pero tu final… solo se entiende con el momento en el que vuelves a la vida delante de la gente de Huércal de Almería.

Se abre la puerta de todo, suenan marchas procesionales, últimos ensayos, traslados y retranqueos. Queriendo acelerar el tiempo, adelantando el reloj, consumiendo gota a gota los días que nos separan de la Pasión. Son solo 7, pero… ¡ qué grandes son cada uno de ellos!

Con la llegada del Domingo de Ramos, el Señor de la Penas y María Santísima de la Estrella dan vida a un día de palmas, el que abre la puerta, el que permite la alegría, en el que siguen descontando días los impacientes cofrades de Huércal de Almería.

Huércal, Huércal, Huércal… ¡Qué grande eres!, que grandes son tus calles, que grandes tus barrios, que grandes tus cofrades, que grandes tus vecinos… Veinticinco años de Pasión, Muerte y Resurrección y con la misma ilusión de vida de un niño recién nacido.

Aquí estoy con la llave. Yo, con menos años de la experiencia que otorgan los años porque no había nacido cuando la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores y Santo Sepulcro ya andaba, solo tengo que introducir la llave y dejar que la Pasión entre acompañada de las emociones de la etapa más bonita de la vida.
Semana Santa, solo dos palabras y millones de sentimientos. Todo es diferente cuando llega; algo falta cuando se marcha.

 Los incensarios comienzan a llenarse, el olor a incienso es único, el momento apropiado, los ingredientes perfectos. Suena como una señal: “Esto ya está aquí”. Se lleva escuchando desde que la ceniza se posaba un miércoles en nuestras frente  para que en estos cuarenta días de espera nos convirtiéramos y creyésemos en el Evangelio.

EPÍLOGO: PREGONADA ESTÁ TU SEMANA SANTA


Y cada vez suena más fuerte.
Abrimos la puerta a la fe
Costaleros y costaleras
Preparan la faja y el costal,
porque ya no hay vuelta atrás
Penitentes preparados,
encienden un centenar de cirios
Con la ilusión que tiene un niño
Cuando se acerca el mejor de los domingos

El capataz se coloca  el traje
Se pone delante del martillo
Sentimientos de un chiquillo
Jueves de Nazareno y Dolores
Viernes de Entierro y Soledad
Sin llegar a ver el final
Porque Jesús resucitará

Preparada está la mantilla,
La ilusión de la primavera

Todo se llena de alegría
Ya llega Semana Santa
Desde Los Pinos a La Fuensanta
Los barrios se vuelven una algarabía
Por la Pasión de toda la gente
Que vive en Huércal de Almería.

SEÑORAS, SEÑORES, ¡AHÍ QUEO!
MUCHAS GRACIAS.
                                                                                                            ovación
Francisco Javier Gálvez Revueltas.

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