PASCUA DE RESURRECCIÓN
Durante una semana Almería se ha convertido en un Templo abierto bajo la bóveda de la luz radiante de un cielo marino celeste, haciendo de ella una Iglesia majestuosa, para proclamar el Santo Evangelio según Almería. Las Cofradías han completado su Estación de Penitencia.
El Señor verdaderamente ha resucitado. Aleluya.
Domingo de Resurrección, es la solemnidad de las solemnidades. Con la muerte, Jesús nos probó su amor y con su Resurrección la autenticidad de su misión divina, y el fundamento de nuestra fe y el argumento central de la predicación de los Apóstoles.
Su victoria sobre la muerte es, asimismo, prenda de nuestra esperanza, de nuestra resurrección; porque formando nosotros un cuerpo místico con Cristo, necesariamente hemos de estar eternamente unidos con nuestra Cabeza; y pues El resucitó, también nosotros, hemos de resucitar como El, y ya desde ahora, en los resplandores de gloria que despide su Cuerpo resucitado, tenemos una prueba de la gloria que esperamos para nuestras almas y nuestros cuerpos.
Abramos nuestro corazón a la Esperanza, dejemos pasar a las tinieblas del dolor, sea ya la alegría de la vida, porque las azucenas de Torregarcía cantan ya su blancura, y el lirio acerca el sentimiento almeriense a los pies del Dolor que nos libera.
Pidamos a Nuestro Padre Jesús Resucitado, como piadoso regalo de Pascua, el espíritu de caridad fraterna para todos los cofrades que nos sentamos en el mismo banquete eucarístico, a fin de que, Almería siga siendo cofrade y nazarena por los siglos de los siglos.
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN
Artículo publicado por Rafael Leopoldo Aguilera
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