LXXX ANIVERSARIO CONSAGRACIÓN DE ALMERÍA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS CELEBRADO EN EL CERRO DE SAN CRISTÓBAL
En la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol de nuestra ciudad, a las 19,00, se llevó a cabo la Misa de Acción de Gracias por la Consagración de Almería al Sagrado Corazón de Jesús. Presidió la Santa Misa, ocupando la Sagrada Cátedra y predicando la Palabra de Dios, el Ilmo. Sr. Vicario General, Tomás Cano Rodrigo. Concelebraron los canónigos, Muy Ilustres Don Francisco Escámez Mañas, cura-párroco, Don Bartolomé Marín Fernández, Don José Guerrero Martín y Don José García Sánchez, los presbíteros, Don José Rodríguez Bonilla, Don Agustín Pedrosa González, SM, Don Juan Daniel López Fernández, Don Francisco Jerónimo Ruiz Gea, Don Iván López Checa, y el diácono Don Joaquín Espino.
El templo de Santiago Apóstol se encontraba abarrotado de fieles y cofrades. Los ministerios en la liturgia correspondieron a las parroquias de Berja, Sorbas y Santiago. La colecta se destinó al comedor de las Hijas de la Caridad, donde se atiende a las víctimas más desamparadas de la crisis económica. Asistieron las Siervas de los Pobres, Adoratrices, Fraternidad Reparadora e Institutos seculares: Alianza en Jesús por María, Siervas Seglares de Jesucristo Sacerdote y Activas del Apostolado Social.
Enviaron representaciones con sus respectivos Estandartes corporativos las Hermandades Sacramentales del Prendimiento y de la Soledad, que ha colaborado intensamente en la organización. Asimismo, otras asociaciones católicas: Adoración Nocturna, Cáritas, Manos Unidas, Movimiento Cultural Cristiano y Vida Ascendente; y la Tercia en Almería de la Orden Soberana y Militar del Temple de Jerusalén, OSMTJ. También asistieron un numeroso y nutrido número de cofrades de las Hermandades de Penitencia y de Gloria integradas en la Agrupación de Cofradías, con la presencia del Vicepresidente y Hermano Mayor de la Cofradía de Pasión, Don Manuel Arqueros Cayuela y adjunto a la Presidencia Don Rafael Leopoldo Aguilera Martínez.
La Monición de entrada ofreció una síntesis histórica y teológica de la celebración: “este octogésimo aniversario constituye una meta y al mismo tiempo un punto de partida. Venimos al encuentro del Corazón traspasado por nosotros, al encuentro de Cristo vivo que nos sigue amando hoy. Para darle gracias por el don de la fe, que da sentido a nuestras vidas; para darle gracias por seguir cuidando providentemente de nosotros, de cada uno, de la Iglesia, de España nuestra Patria y de la humanidad. Y renovaremos nuestra consagración a Él, para seguir con fidelidad la llamada que nos dirige cada día. El Corazón de Cristo nos encarga ser sus apóstoles, para transformar el mundo según Dios y que venga su Reinado”.
Seguidamente, en una tarde marina y mariana, con el perfume del incienso que inundaban las calles y callejuelas de lo más señero de nuestra histórica Almería, se celebró una fervorosa y piadosa procesión Eucarística hasta el Monumento, hacía el Cerro de San Cristóbal, flanqueada por cientos de fieles que portaban velas, y en donde el Ilmo. Sr. Vicario General, revestido con capa pluvial, en la explanda del Cerro, con unción y reverencia, impartió con el Santísimo Sacramento, la bendición a la ciudad. El Santísimo Sacramento iba bajo Palio, siendo portada la custodia por los sacerdotes oficiantes, y precedidos de los acólitos con ciriales y el pertiguero, todo con mucha solemenidad.
El 27 de abril de 1930 se inauguró el Monumento al Corazón de Jesús, hasta el día 25 de julio de 1936, que fue destruido por el incivismo y la blasfemia de la intolerancia religiosa de la época, qué esperamos no se vuelva a repetir, ante la continua vulneración y acoso a los principios de la libertad religiosa y de creencias a la que estamos asistiendo actualmente con los ataques a la Iglesia y al Santo Padre, y cuyos principios y valores de convivencia contempla el Texto constitucional como principios esenciales y vertebradores de la convivencia social y democrática.
Nos recordó la subida primaveral al Cerro de San Cristóbal, cuándo en los años sesenta, organizado por la Archicofradía de Hora Santa, se celebraba en la madrugada del Jueves Santo, el tradicional Vía Crucis con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pobreza, cuyo acto de piedad popular no se ha recuperado al día de la fecha, siendo un sello de identidad de nuestra religiosidad popular almeriense.
Finalizó el acto religioso con el ofrecimiento diario por el mundo, como hace 80 años, y hasta el último aliento,
¡Almería por el Sagrado Corazón de Jesús! En Vos confío.
Seguidamente, en una tarde marina y mariana, con el perfume del incienso que inundaban las calles y callejuelas de lo más señero de nuestra histórica Almería, se celebró una fervorosa y piadosa procesión Eucarística hasta el Monumento, hacía el Cerro de San Cristóbal, flanqueada por cientos de fieles que portaban velas, y en donde el Ilmo. Sr. Vicario General, revestido con capa pluvial, en la explanda del Cerro, con unción y reverencia, impartió con el Santísimo Sacramento, la bendición a la ciudad. El Santísimo Sacramento iba bajo Palio, siendo portada la custodia por los sacerdotes oficiantes, y precedidos de los acólitos con ciriales y el pertiguero, todo con mucha solemenidad.
El 27 de abril de 1930 se inauguró el Monumento al Corazón de Jesús, hasta el día 25 de julio de 1936, que fue destruido por el incivismo y la blasfemia de la intolerancia religiosa de la época, qué esperamos no se vuelva a repetir, ante la continua vulneración y acoso a los principios de la libertad religiosa y de creencias a la que estamos asistiendo actualmente con los ataques a la Iglesia y al Santo Padre, y cuyos principios y valores de convivencia contempla el Texto constitucional como principios esenciales y vertebradores de la convivencia social y democrática.
Nos recordó la subida primaveral al Cerro de San Cristóbal, cuándo en los años sesenta, organizado por la Archicofradía de Hora Santa, se celebraba en la madrugada del Jueves Santo, el tradicional Vía Crucis con la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pobreza, cuyo acto de piedad popular no se ha recuperado al día de la fecha, siendo un sello de identidad de nuestra religiosidad popular almeriense.
Finalizó el acto religioso con el ofrecimiento diario por el mundo, como hace 80 años, y hasta el último aliento,
¡Almería por el Sagrado Corazón de Jesús! En Vos confío.
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