Por su antigüedad, por gozar de probada devoción,
por los favores concedidos y la irradiación de su culto
Virgen del Consuelo Coronada
Virgen del Consuelo Coronada
Dentro del Magisterio de la Iglesia, instemos a fomentar y vigorizar el acuerdo, qué en su día adoptó, el Cabildo de la Real, Ilustre y Franciscana Cofradía del Silencio, de coronar canónicamente a María Santísima del Consuelo, porque es de tiempo inmemorial el culto a las imágenes que han sido reconocidas y recomendadas por la iglesia, y que durante estos sesenta y cuatro años de estar entre nosotros ha permitido crear una relación mística y ascética, que le hace estar presente, en la experiencia personal de la vida de los cofrades, pues esta Sagrada Imagen nos acompaña, nos guía y determina parte de nuestra vida.
Hay fundamentos y argumentaciones más que suficientes para iniciar él tramite de su coronación canónica, o acaso, no habéis visto andar descalzos a cofrades en su Estación de Penitencia, arrodillarse día tras día en su capilla, tiene su propio himno, plegarias, reproducciones de la imagen en la entrada de casas, bares, en lugares de trabajo, como signo de bendición o dedicación de la familia, o del cofrade que la coloca y vive en torno a ella. No se llevan las estampas en las carteras, se colocan sobre la cama, vehículos, e incluso en éstos la medalla, así como, fue imagen de la piedad popular almeriense en un reportaje con motivo de la candidatura a los juegos olímpicos 2005. Acaso no ha salido en procesiones de alabanza, en tres ocasiones, con motivo del D aniversario de la reevangelización de la Diócesis de Almeria, con motivo del L aniversario de la Fundación de la Hermandad, y con motivo del Encuentro Nacional de Hermandad y Cofradías de Penitencia celebrado en nuestra ciudad. No podemos, tampoco olvidar, cuando la Virgen del Consuelo procesionaba en la Soledad de la Virgen del Sábado Santo acompañada de miles de mujeres que se acercaban con unción a venerarla durante su recorrido procesional, tradición no recuperada al día de la fecha.
Y no solo lo expuesto, acaso no acudimos a venerarla en ciertas fechas como son su onomástica, triduo, besamanos, o se le consagran o presentan recién nacidos, se les muestra a los enfermos y moribundos, y un largo número de gestos que hacen que la presencia de María Santísima del Consuelo, " Palomita de San Agustín", "Reina de Alfareros", sea una imagen llena de esperanza y de alegría a miles de feligreses de la parroquia franciscana de San Agustín. O acaso, la belleza y su color no estimulan nuestra oración, así como nuestro corazón para dar gloria a Dios, en su Hijo, el Santísimo Cristo de la Redención en su Sagrado Descendimiento.
Pues bien, el derecho codicial canónico nos permite que el culto, la devoción y la veneración de esta imagen supongan unos compromisos cristianos, dentro de la organización de la Iglesia, dentro del entramado social de nuestro barrio, de nuestra ciudad.
No quisiera que este recordatorio de la iniciativa supusiese una confrontación de ninguna índole, sino todo lo contrario, deberá de servir el largo peregrinaje hasta su coronación diocesana para frenar el gran proceso de secularización en las creencias, en el vocabulario religioso, y en los valores, a fin de que lo religioso siga influyendo en la vida cotidiana de nuestra ciudad.
Hoy día, el coronar canónicamente una imagen supone un culto de la posibilidad de construir y recuperar unas formas que están desapareciendo en el ser cristiano.
Algunos, pueden pensar, que coronar canónicamente a una imagen es algo anacrónico o, que en los tiempos que estamos es extemporáneo, pues mas allá de estas preguntas, surge la respuesta, que la Coronación es un acto propio de la realeza, que los fieles lo refirieron a las imágenes marianas mucho antes que oficialmente la Iglesia hubiera establecido canónicamente en la festividad litúrgica de santa María Reina, instituida por la Santidad de Pío XII en 1954, y que quedó puesta para el día 31 de mayo, aunque se celebra el día 22 de agosto, infraoctava de la Asunción, para más acercarla a este Misterio.
Por tanto, es inmemorial celebrar este Misterio de la REALEZA, antes incluso de su establecimiento litúrgico. Y no solo ello, sino que el Rosario lo incluye en la meditación del quinto de sus gloriosos, la letanía Lauretana pregonaba la realeza de la Virgen sobre los creyente como primera y cabeza de todos, "Reina de los Confesores, Reina de los Profetas, Reina de los Mártires, Reina de los Ángeles, Reina de los patriarcas, Reina de las Vírgenes, Reina de todos los Santos, Reina concebida sin pecado original, Reina elevada al cielo, Reina del Santísimo Rosario, Reina de la Paz", Reina de la Cofradía del Silencio, y la Salve, la une a la Maternidad divina, "Dios te Salve, Reina y Madre."
Sí se articula adecuadamente la metodología de su exposición, esta coronación puede suponer un verdadero movimiento trascendente de un gran calado espiritual y evangélico para toda la religiosidad popular de la capital, y hasta la ceremonia, suele atribuir un carácter penitencial y de enmienda.
Ahora bien, mi propuesta para comenzar esta andadura, estriba y se fundamenta en la formación permanente de los cofrades y no cofrades, y que vivan su vocación cristiana en un nuevo marco, con verdadera mística, de forma profunda, gozosa y contagiosa, del valor que significa Cristo en nuestras vidas.
Y en ese largo caminar de fe, tenemos que dar respuesta a los problemas del hombre actual, de alumbrar senderos nuevos, nuevos métodos, y en particular, tener muy presente a las nuevas generaciones de jóvenes.
La Coronación canónica tiene que ir precedida de unos cauces para profundizar más en la fe, y ser la respuesta a la exigencia de dar razón de la esperanza en el mundo con sus graves y complejos problemas, pero que no se quede en buenos deseos.
Hoy día, a un cofrade se le exige mucho, tiene una gran misión apostólica, primero como seglar, que deberá tender a impregnar y perfeccionar todo el orden temporal con el espíritu evangélico, y como laico, tiene un derecho y una obligación de ejercer el apostolado por su unión con Cristo cabeza, y así lo ha expresado la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar en España, "éste, si es auténtico, tiende a llevar a los hombres a la plenitud de la fe en Cristo, y por tanto a la unión cada día más profunda en la Fe de la Iglesia."
No hay que inventar los medios de formación, están ahí, la celebración de los Cultos, tanto los que se tienen a lo largo del año, como aquellos otros que con este motivo se organicen, rezo del Santo Rosario en la Parroquia como en la familia, rezo del Ángelus, asistencia a la misa dominical; celebración de cabildos para poner en común nuestras experiencias, reuniones periódicas, programas de formación, jornadas o pequeños cursos de formación, constitución de grupos formativos, celebración de retiros trimestrales y ejercicios espirituales, revisión de vida, y animar a los hermanos a hacer cursos en las Escuelas de Teología para Seglares existentes en esta diócesis. Todo ello, permitirá tener una Comunidad cofrade impregnada por la fe, y fundamentada en la Palabra de Dios, y por consiguiente integrada en la Iglesia Diocesana, viviendo su realidad eclesial en estrecha comunión con el Obispo.
Pero nuestra propuesta de Plan para llevar a cabo la citada Coronación no ha terminado. En la Parroquia, sede canónica de la Hermandad penitencial, tiene que integrarse mucho más la Cofradía de nazarenos en el plan pastoral, participando en el correspondiente Consejo Pastoral de forma activa, a fin de dar una mayor eficacia al apostolado de todos los hermanos.
Entender, que lo que la Hermandad aprobó es algo muy serio que nos compromete de por vida, una imagen coronada, goza de prerrogativas, por ser considerada una imagen preciosa de gran valor artístico, y de acreditado culto que se le tributa. Igualmente, implicaría que dicha imagen no pueda venderse fácilmente, sin licencia del Ordinario, o trasladar a perpetuidad del lugar sin licencia de la Sede Apostólica, quedando incluida de modo especial en la obligación de ser expuesta a la veneración pública. Asimismo, la Parroquia de San Agustín se convertiría en centro devocional idóneo para solicitar la concesión de indulgencias por las que obtener la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en cuanto a la culpa y, por supuesto celebrar desde el próximo año Solemne Misa Estacional con motivo de la Realeza de la Virgen.
Proponer esto, es un deber serio, de vivir nuestra vida ordinaria con fe, que se deje entrever nuestro cambio en la familia, en el matrimonio, en el trabajo, la profesión, los negocios, que sea una Estación de Penitencia diaria, de todo el año, de saber mantenernos nazarenos, nazarenos bautizados, no eso de decir soy católico, cofrade, pero no-practicante. Obras son amores, es un compromiso de caminar siguiendo a Cristo de cerca, llevando nuestro costal, sobre nuestros hombros, sobre nuestro antifaz, pero sobre todo en nuestro corazón.
Coronar a la Virgen es caminar, peregrinando, subiendo, avanzado y a veces, retrocediendo, pero volver a levantarse.
Iniciar este proceso es proponer a nuestro Obispo, que en nosotros se va ha producir una auténtica conversión, una auténtica penitencia, en nuestra manera de pensar y de actuar, y por supuesto, la Cofradía del Silencio tiene que estar unida en comunión, “Antes de presentar la ofrenda ante el Altar, ve y reconcíliate con tu hermano”.
No admitamos malos pensamientos de nadie, aunque las palabras u obras del interesado den pie para juzgar así razonablemente. No hablemos mal de nuestros hermanos, aunque tengamos sobrados motivos. Vayamos primero al Sagrario, y luego al Sacerdote, tu padre, y desahoguémonos nuestras penas con él. Y con nadie más.
Esta iniciativa es una Acto Corporativo, para renovar nuestra fe en la iglesia, la Fe en Dios, la fe en Cristo y reforzar nuestro carácter eclesial, revaloración y acercamiento a la confesión sacramental, para recibir las indulgencias y gracias espirituales de la misma.
Y es ahora cuando ante nuestro testimonio cofrade, de dar una vez más, ejemplo de fidelidad a las exigencias cristianas, sois merecedores de la gracia divina de alcanzar la santidad; como lo hizo el almeriense cofrade y Siervo de Dios, mártir en proceso de canónización, Tomás Valera González, qué perdió su vida por razones religiosas, por "oler a cera", en el municipio granadino de Turón.
También las cofradías son camino de santidad.
También las cofradías son camino de santidad.
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