RECUERDOS DE LA SEMANA SANTA 2010: MÁS DE SIETE HORAS DE PASIÓN NAZARENA CON LA HERMANDAD DEL ENCUENTRO
Miles de almerienses quedaron cautivados por el Encuentro en la plaza circular
El día del Amor Fraterno e Institución de la Eucaristía, uno de los jueves del año que más relucían, en la adoración sacramental del Jueves Santo, hizo estación de penitencia por nuestras calles, una de las corporaciones penitenciales más genuinas de la Semana santa almeriense, la Ilustre Cofradía del Encuentro, con devoción y fe, mantiene en sus imágenes, pasos y equipos penitenciales todo lo singular y característico de la Semana santa de antaño, la que conocieron las generaciones de cofrades que nos precedieron en la fe.
La plaza de España, en el bello barrio de Ciudad Jardín, bajo la luz de un cielo azul único, presidida por la Bandera Nacional, acreedora del máximo respeto "... como símbolo de la Patria y su unidad", y movida por la suave brisa del mar, era un hervidero de miles de personas que aguardan impacientemente la salida de los tres pasos procesionales de la Hermandad, para hacer realidad plástica la IV estación del Vía Crucis, “ Jesús Nazareno se encuentra María Santísima de la Amargura”, y la VI estación, “la Verónica limpia el rostro de Jesús Nazareno”.
Cuando el reloj había marcado las 18,30 horas, en el interior de la Iglesia de San Antonio de Padua, regida por la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, perteneciente a la Prelatura del Opus Dei, sonó la campana del Diputado Mayor Pedro Sánchez, y todos los integrantes del cortejo procesional, colocados en sus sitios procesionales, tras la genuflexión con dos rodillas ante el Santísimo Sacramento del Altar. Se pudieron escuchar de las palabras de la carismática hermana Mayor Belén Suánez, deseando una meditada y espiritual Estación, igualmente, el consiliario Jaime Palacios, indicó que estas manifestaciones exteriores son una experiencia interna, genuinamente religiosa, intrínsecamente vinculada con la vida de la comunidad parroquial y doméstica.
La Cruz de Guía, símbolo de la Redención, atravesó el dintel del templo acompañada por las tres secciones que integran el cortejo procesional, con sus nazarenos revestidos con túnica verde, antifaz, peto y capa blanca (Verónica); túnica, antifaz, peto y capa morada (Cristo) y, túnica azul, antifaz, peto y capa celeste (Virgen), portando hachetas con cirio blanco que iluminaron en la caída de la tarde el discurrir de los penitentes.
Los pasos a estilo malagueño y sevillano en sus trabajadoras, con un adorno floral de exquisita elegancia, iban dirigidos de forma magistral por los capataces Belén Suánez, Manuel Morales y José Antonio Ferre. Sonaban las marchas procesionales de las bandas de Santa Cruz de Granada, Agrupación Musical de Nuestra Señora del Carmen y Banda de Música de Benalúa (Guadix), que pusieron las notas de la armonía procesional penitencial en su largo recorrido hacia el Encuentro en la plaza circular y la Carrera Oficial. Como viene siendo tradicional, en la Avda. Reina Regente, organizado por el Gran Hotel Almería, Miguel Revueltas leyó, una glosa de alabanza a la dolorosa de la Amargura, vestida con elegancia por las manos primorosas de Aurita Aguilar García.
Cuando se llegó a la céntrica plaza Emilio Pérez (Circular), no cabía ni un alfiler para presenciar uno de los momentos estelares de la Semana Santa, El Encuentro de las imágenes sagradas, en dónde Jesús Nazareno ante su Madre de la Amargura, y la atenta mirada de la Verónica, nos hace nacer en nuestras almas la misma exclamación: “Tu eres Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Es un momento de profundo recogimiento de la piedad popular almeriense, acompañada con la interpretación de la Marcha Real, máxima tributación de veneración y respeto a la Pasión de Cristo y a los dolores de su Santísima Madre.
El Encuentro impregnó un aire de dignidad y respeto a toda la Ciudad y a sus cofradías. Su paso por carrera oficial, tras solicitar la venia al Presidente de día, fue de señorío y distinción cofrade, y con la delicadeza del amor, caminó de regreso al templo, acompañado de miles de personas que quisieron hacer de cirineos ante Jesús Nazareno en su gesto hacia la Verónica, que parecía contagiar de serna unción a los morados penitentes que lo acompañan. Solo la Virgen de la Amargura derramando llanto, indecible llanto, es un mar de aguas desbordadas contenida sólo por el mimo de sus costaleros y costaleras.
La presidencia, integrada por el consiliario Jaime Palacios, la camarera mayor Inmaculada Suánez, el concejal José Carlos Dopico, y miembros del benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, flanqueaban el paso de la Virgen, en señal de respeto e invocación a Jesús Nazareno, para solicitar su siempre protección divina en el ejercicio de sus loables y plausibles tareas en aras del interés general de los ciudadanos.
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