Hoy día 7 de junio, a las 20:00 h. en la Catedral, Misa Solemne con motivo de la festividad de San Josemaría Escrivá de Balaguer
El día 26 de junio, con fervor y devoción celebramos la festividad de San Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, Obra de Dios, canonizado por el Beato Juan Pablo II el 6 de octubre del 2002, y cuyos restos sagrados reposan en la Iglesia de Santa María de Paz en Roma.
Desde el día de su fallecimiento, el 26 de junio de 1975, comenzaron a llegar a la sede de la Prelatura del Opus Dei, en Roma, desde todas las partes del mundo, relatos de favores atribuidos a la intercesión de Monseñor Josemaría Escrivá de Balaguer: conversiones, decisiones de practicar a fondo la fe cristiana, curaciones, favores materiales... Es el eco de una devoción que la Santa Sede ha calificado como “un auténtico fenómeno de piedad popular”, de la “religiosidad popular”, del “catolicismo popular”.
Creo en la intercesión de los santos porque es amar más y mejor a Dios, y por ello, la devoción por San Josemaría comenzó de forma casual en 1978 con el encuentro con una estampa para su devoción privada donde se encontraba una oración.
A partir de ahí, lo he encontrado en mi familia, en trabajo, en mis cofradías, en las residencias de mayores, en los hospitales, en mis amistades, y en cuanto lugares o personas me encuentro o relaciono.
Y es que Dios se encuentra en cada uno de nosotros, en nuestro corazón, en nuestra alma, para ayudarnos y guiarnos en esta sociedad que ha vuelto la espaldas a Dios, y tenemos que realizar nuestra labor de apostolado y servicio a la Iglesia como signos significativos para alcanzar la plenitud de la santidad en medio de la vida ordinaria; en el trabajo, y en el descanso, que necesitamos para recuperar las fuerzas empleadas en la tarea de sacar adelante nuestra familia y servir a la sociedad.
Desde que alguien se metió en mi vida para ponerme frente a Dios, gracias a la doctrina de San Josemaría tengo un camino concreto que seguir y metas claras en la vida. Soy feliz y además tengo esperanza en la vida eterna.
Comportarse como cristiano es la mejor forma de convencer, y eso lo he descubierto de las enseñanzas de este sacerdote santo, su predicación sacerdotal, como nos abre el camino hacia Jesús de Nazaret, hablando de Dios, alentando al perdón y a la comprensión mutua con ideales nobles.
Pero sólo hay un camino que conduzca a Él: la conversación personal en los ámbitos sacramental y de la oración.
Por ello, asistiré a la Misa de Acción de Gracias que se celebrará en lunes día 27 de junio, a las 20 horas, en la Catedral almeriense, y que será presidida por el Sr. Obispo, para agradecerle mi grata experiencia con Dios.
Artículo publicado en el Diario de Almería el día 24 de junio.
Texto: Rafael Leopoldo Aguilera
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