UN grupo de personas se congregaron en fraternidad artillera y legionaria, a instancias de la Asociación de Artilleros de Honor de GACALEG, presidida por Antonio López Tarifa, para seguir impulsando las actividades socio-culturales en la sociedad civil almeriense, con especial referencia a la colaboración filantrópica y cooperación con las damas y caballeros legionarios, que integran el Grupo de Artillería de Campaña de la Legión dirigido por el Teniente Coronel Jefe Antonio Mongio Bergua.
Tras el nombramiento como Asesor del Tcol. Antonio Torres Aranda y la formalización reglamentaria como fedatario de la corporación artillera de Francisco Megías, se recordó con cariño y afecto al contingente de legionarios/as que se encuentran fuera de España en Misiones humanitarias y especialmente a sus familias portadoras del mismo espíritu legionario para transmitirles nuestra más sincera admiración de respeto y consideración por tan loable y plausible servicio a los intereses generales y sociales de España.
Tras el nombramiento como Asesor del Tcol. Antonio Torres Aranda y la formalización reglamentaria como fedatario de la corporación artillera de Francisco Megías, se recordó con cariño y afecto al contingente de legionarios/as que se encuentran fuera de España en Misiones humanitarias y especialmente a sus familias portadoras del mismo espíritu legionario para transmitirles nuestra más sincera admiración de respeto y consideración por tan loable y plausible servicio a los intereses generales y sociales de España.
El tema de conversación por la cercanía con la efemérides, versó sobre el grito de hace 208 años, pronunciado por José Blas Molina, quien levantó al pueblo llano de Madrid contra las Unidades de élite de Murat que ocupaban la Capital de la España que estaba a punto de desaparecer, con el último gesto de llevarse a los Infantes María Luisa y Francisco de Paula a Bayona, donde el abdicado Carlos IV y su beneficiado hijo Fernando entregaban a Napoleón el Reino de España. Mujeres y hombres, prácticamente con sus manos caían frente a las armas sin piedad del invasor, mientras la Junta de Gobierno, sumisa a la aureola de la Francia Imperial, permanecía impasible. Incluso las fuerzas españolas, por orden del Capitán General, siguieron acuarteladas y pasivas. Solo unos pocos héroes, encabezados por los Capitanes Daoiz y Velarde se unieron al pueblo alzado, desobedeciendo las órdenes recibidas, coherentes con su acendrado patriotismo y por encima de la traición de los dirigentes tolerantes por indiferencia, miedo o interés.
El aspecto culinario estuvo organizado por el artillero Miguel Sánchez, con la presencia de otras entidades ligadas a la Legión, como la Cofradía del Prendimiento avalada por José Miras y la Asociación Nacional de Legionarios de Honor representada por su vicepresidente Isidro Pérez, pusieron el broche al acto con el tradicional brindis legionario con "leche de pantera".
Rafael Leopoldo Aguilera
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