Presentación del Pregonero Oficial
de la Semana Santa de Almería 2018
Por el jurista urbanista
Ginés Valera Escobar
Ginés Valera Escobar
hermano de la Santa Cena y
miembro del Instituto de Estudios Almerienses
Con la venia, Señor Alcalde – Presidente del Excelentísimo
Ayuntamiento de Almería, Excelencia Reverendísima Señor Obispo
de la Diócesis, Señora Presidenta de la Agrupación de Hermandades
y Cofradías de Almería, Autoridades Civiles y Eclesiásticas,
representantes de las Cofradías de Almería, Señoras y Señores que
han tenido a bien estar presentes en este gozoso pregón. Saludo,
Hermanos todos en la fe, paz y bien.
Hemos sido congregados esta mañana para escuchar
atentamente la mejor prosa cofrade que Manuel José Guerrero
Manrique va a dedicar a la Semana de pasión, muerte y resurrección
de nuestro Señor Jesucristo representada en nuestra querida Almería
por el lento discurrir procesional de las mejores tallas cristíferas y
marianas aupadas por Costaleros, acompañadas por Nazarenos y
Mantillas entre notas musicales y tambores y el intenso aroma a
incienso, flor y cirio que todo lo inunda e impregna en una
atmósfera de recogimiento y devoción popular.
Este humilde cristiano estará siempre en deuda con Manuel,
verdadero y auténtico protagonista de esta lectura, pues siempre me
ha dedicado unas cariñosas palabras en las dos presentaciones de
carteles de Domingo de Ramos que realicé en 2013 y 2015 para
nuestra amada Hermandad Eucarística y Cofradía de Nazarenos de
la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad y hoy de nuevo
saldo el débito comprometido ante este imponente atril.
Descubrí a Manolo Guerrero, como se le conoce
afectivamente en el mundo cofrade, cuando gracias al tesón y
constante perseverancia de nuestra querida Maruja ingresamos hace
unos años toda la familia en la Hermandad. Día antes de
imponernos la medalla corporativa y realizar nerviosos nuestra
primera salida procesional, allí estábamos en la sacristía de la
Parroquia de San Pedro con Don Esteban, consiliario corporativo y
él a su lado, de pie, paseando recto como un profesor que vigila un
examen, explicándonos entre ambos la grandiosidad en que consistía
ser Hermanos de la Cena.
Manuel lo ha sido todo y lo será en la Santa Cena desde aquel
lejano año 1985 que vistió la túnica roja por vez primera, todo
estaba por hacer y sobraba ilusión y animosidad. Le ofrecieron ser
Hermano mientras esperaba a nuestra Señora de la Esperanza en su
salida de los vetustos muros catedralicios y no lo dudó un segundo.
Pero no revelo más, ahí queda dicho.
Antes de describir su trayectoria cofrade, permítanme unas
brevísimas pinceladas profesionales. Como Funcionario de carrera
ha servido honestamente a la Junta de Andalucía hasta su reciente
jubilación. Durante este tiempo lo compatibilizó con su vocación,
ser Arquitecto de Interiores y diseñador por la Escuela de Artes
Aplicadas y Oficios de Almería. Ha dejado su estiloso sello desde el
Gran Hotel a Joyería Coral, Esmeralda, Rango, Ópticas, Bufetes de
Abogados, Confiterías, Uberam y la última: Modas González en la
Puerta de Purchena. Autor del Retablo de la Virgen de Fe y Caridad,
también proyectó y dirigió la construcción de la actual Casa de
Hermandad de la Cena, que fue bendecida por el Señor Obispo
siendo él Hermano Mayor, hasta 2007.
Siempre dispuesto a colaborar donde se le necesite y haga
falta, fue cofundador junto al recordado Juan Sánchez en el boletín
cuaresmal. Tanto texto ha redactado que lo ha hecho merecedor de
dirigir la Revista Almería Cofrade en su próximo número. Ha
participado como Archivero en Juntas de Gobierno y en otros
cargos, Lector y presentador de múltiples exaltadores hasta que
superó sobradamente la reválida al exaltar él mismo la Eucaristía en
2010 con la voz quebrada por la emoción y presentar el cartel del
domingo de Ramos de 2017. Lo encontraréis organizando con
modestia la salida procesional, las Cruces de Mayo y cualquier acto
de la santa Cena, cuidando el protocolo. Íntimo, familiar, amigo de
sus amigos, siempre optimista, sonriente y cercano, ejerce siempre
como Embajador de la Santa Cena y de la semana pasional
almeriense allí donde se encuentre y ante todos. Y si algún día
faltasen Manigueteros en el Misterio, que nadie dude que Manolo
Guerrero retornaría silencioso a su eterno puesto pasional aunque la
rodilla lo reventase de dolor pues María Santísima de Fe y Caridad y
el Señor de la Cena le harían olvidar la enfermedad.
Amigo Manuel, tuya es la palabra siempre, verbo que alumbras
directamente desde el corazón, que dirige tu pluma. No te resto ni
un minuto más. Estamos ansiosos por escucharte.
Pregón de la Semana Santa de Almería
Año 2018
Almería, ¡Que repiquen las campanas!
¡Resuenen las campanillas! Almería alégrate,
porque llega la Semana Santa.
Los cofrades ya se preparan para los días santos
de la ciudad de Almería.
Buenas tardes
Excmo. Señor Obispo de la Diócesis de Almería.
Ilmo. Señor Alcalde – Presidente del Ayuntamiento de Almería.
Señor Delegado Episcopal para las Hermandades y Cofradías.
Señora Presidenta de la Agrupación de Hermandades y
Cofradías de Almería.
Señores Concejales y Señoras Concejalas de la Corporación
Municipal.
Autoridades civiles y militares.
Cofrades, familia y amigos todos.
“Ven, Espíritu Santo Dios, ilumina mi entendimiento, llena
mi corazón de alegría y gozo, abre la inteligencia de este humilde
pregonero, bendíceme con el don de la sabiduría y con la ayuda de la
fe, ensalzarte y venerarte en este pregón de la Semana Santa 2018”.
Este pregón hace en sí, un llamamiento a los actos
sacramentales, litúrgicos y a la participación, de las gentes y cofrades
de Almería.
Hoy, en nuestra ciudad, vamos a consolidar, personal y
públicamente nuestro compromiso con el evangelio; Como
cristianos, vamos a testimoniar con entusiasmo y convicción la
propia fe. Con este pregón damos comienzo a los días santos del
Misterio Pascual de la Semana Santa de Almería.
Quiero comenzar exteriorizando mi gratitud, por el honor que
me ha sido encomendado, por la Agrupación de Hermandades y
Cofradías y confianza depositada en mi persona para el Pregón de la
Semana Santa de Almería 2018.
Gracias a D. Ginés Varela Escobar, mi agradecimiento por sus
cariñosas palabras, su entrega, llenas de amistad y gracias por el
afecto y respeto que has manifestado en tu presentación.
Desde mi modestia, nervioso y a la vez ansioso, recibí la
noticia de mi nombramiento como pregonero, Ilusionado desde el
primer momento; he sido consciente de la responsabilidad asumida
para con mi ciudad de Almería, y con la Agrupación de
Hermandades y Cofradías.
Caudal de sensaciones provocan en mí, una lucha interior por
encontrar el criterio general y acertar en el contenido del pregón.
Ahora, mi afán, está en recibir del Señor, que mis miedos y
dudas, los transforme en fe. Con buena voluntad, confiando
alegremente en Él, inicio este pregón.
PREÁMBULO
Desde este estrado, quiero recordar con añoranza y alegría, y
agradecer, a tanto hermano cofrade, que ya se marchó hacia la gloria
del Señor; gracias por la colaboración, el ardor, entrega y sacrificio
personal de colaboración con la Semana Santa de Almería.
Mi pregón, será un relato-intimista sobre la Semana Santa de
mi ciudad: Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo.
Este manifiesto, es un toque de atención, pregonado en voz
alta, para recordar estos días. Pretendemos decir a visitantes,
cofrades, cristianos, y almerienses, que nuestra Semana Santa es la
manifestación de Fe de sus gentes. La historia de Amor y
Misericordia, que jamás hubiéramos imaginado. A todos los que nos
visitan, nos verán procesionar por nuestras calles y plazas, con
nuestras Imágenes Sagradas en nuestros pasos de misterio y pasos
de palio, dentro de nuestra propia peculiaridad, identidad, y
particularidad.
En la Almería luminosa, bulliciosa y alegre que me tocó vivir
en mi infancia, recuerdo cuatro días significativos, en los que mis
padres, me llevaban de la mano a ver “las procesiones”. Días
sueltos, que reviven, al menos en mi memoria, toda la ilusión de mis
pocos años. Un despertar de los sentidos, eran y son fechas que la
celebración de la Semana Santa lleva implícito con la fiesta, los
dulces fritos tradicionales: “los roscos”, empanadillas... y los
borrachillos; alboroto en la cocina, preparativos de Semana Santa...
recetas de mi abuela materna… Inolvidable el olor a anís.
Uno cierra los ojos y se deja llevar en el tiempo, entonces todo
huele y sabe de otra manera diferente…
Y llegan los cuatro días significativos.
Domingo de Ramos, por la mañana con la Hermandad
denominada “La Borriquita”, niños vestidos de hebreos, entre
palmas y olivos. Ropa nueva para la Procesión, porque según el
dicho, “¡quien no estrena el Domingo de Ramos, se le caen las
manos!” ! comenzaba la Semana Santa.!
Del Domingo al Miércoles, con la imagen de Nuestra Señora
del Amor y de la Esperanza con su impresionante cortejo de
nazarenos. Magnífico paso de Nuestro Padre Jesús de la Oración en
el huerto, arrodillado, que extiende sus manos al cielo, en suplicante
oración al Padre…
Llega el Viernes, día de recogimiento, las imágenes tapadas en
las iglesias, sin espectáculos, en silencio. La Hermandad del Santo
Sepulcro, con sus túnicas totalmente negras y con cola, que eran el
motivo festivo de la chiquillería; también por aquella época se
utilizaban cirios de luz a pilas.
Y por último el Sábado Santo, solo con una procesión, la
imagen de María Santísima del Consuelo “en Soledad”, que solo
salían mujeres y recorría distintas calles del distrito quinto de la
parroquia de San Agustín, de los Padres Franciscanos.
Hay un espacio de tiempo largo, en el que la Semana Santa,
evoluciona, pero mi actividad profesional y personal no dieron lugar
a participar en ella.
Hasta el año 1985, que estando en la plaza de la Catedral, un
Miércoles Santo esperando la salida de Nuestra Señora del Amor y
de la Esperanza, una amiga y compañera de trabajo, me propuso:
¿Quieres formar parte de la nueva cofradía de “la Santa Cena”?; mi
afirmación fue inmediata. Desde ese mismo momento, nací como
cofrade a la Semana Santa de Almería.
Desde entonces, mi labor con la hermandad de la Cena ha sido
continuada, azarosa, trabajosa… llena de satisfacciones y piedra de
toque de mi religiosidad.
De todas las juntas de gobierno formé parte con distintos
cargos, desde sus inicios: fueron tiempos de actividad complicada, y
de mucho trabajo.
Durante este periodo, hubo un grupo valioso de personas, en
cantidad y calidad humana, con los cuales, llevamos a término
decisiones importantes dentro de la hermandad y consecuentemente
para nuestra Semana Santa.
Ha sido un largo caminar, 32 años de intenso compromiso, y
en el que seguimos trabajando.
A lo largo de este tiempo, me he ido formando
intelectualmente y religiosamente, teniendo que acceder a
documentaciones, escritos, libros..., ¡Cuantas horas de lectura,
cuanto subrayado de texto, porque sus contenidos me decían algo
que llamaba poderosamente mi atención! y quería que me quedara
constancia de su contenido; bueno, pues ahora cuando más lo
necesito… ¡me quedo en blanco!.
Dios es el mar,
Dios es el llanto de los hombres.-
Y el verbo se hizo llanto,
para levantar la vida.-
El verbo está en la carne
dolorida del mundo…-
¡Míralo aquí en mis ojos!
mis ojos son las fuentes
del llanto y de la luz…-
Y estamos en el llanto…-
seguimos en la era de las sombras.-
¿Quién ha ido más allá?
¿Quién ha abierto la otra puerta?
Toda la luz de las tierras,
la verá un día el hombre
por la ventana de una lágrima…
Pero aún no ha dicho el verbo:
¡Que el llanto se haga luz!
León Felipe.
PREGÓN
Otra vez Semana Santa, tan nueva y tan vieja. Jesús vuelve a
llamar nuestra atención, vuelve a transmitirnos su amor y
misericordia.
Nos pide un poco más de recogimiento, donde la oración es lo
más característico e importante de este tiempo, comienzan los
cultos.
Hermandades trabajando en sus pasos, unos nuevos, otros en
proceso de terminación, pasos en restauración. Los costaleros de
ensayos. Una Semana Santa sin edad, sin años, pero con una ilusión
viva y en constante renovación que nos hace testigos de su gran
evolución año tras año. Hemos hecho mucho en poco tiempo.
Vivir la Semana Santa es comunicar a los demás la alegría de la
fe, el gozo de la esperanza cristiana y el gran don de la caridad.
Para vivir intensamente la Semana de Pasión, participemos
activamente en los actos litúrgicos del Jueves Santo en las Parroquias
para celebrar la Cena del Señor; sentémonos a la mesa de la
Eucaristía, dejémonos lavar los pies por Jesús... Adorémosle en el
monumento al Santísimo Sacramento, acompañemos a Jesús en vía-
crucis doloroso con la comunidad cristiana y celebremos la Vigilia
pascual con alegría y gozo.
Se ha iniciado el tiempo de Cuaresma, los acontecimientos
suceden con celeridad… todo está escrito.
Las Cofradías, la mayoría vendrán a Carrera Oficial, otras,
harán su estación de penitencia, en sus barrios. Aunque la lejanía y la
distancia, no es impedimento para ninguna de ellas.
En estas fechas, cada cofradía inicia con ilusión renovada,
entusiasmo y ahínco la preparación de enseres. Ahora es tiempo de
preparar los pasos con toda exquisitez y gusto, cuidando como un
tesoro, cada quehacer: limpieza de orfebrería, candelería, varales,
faroles de cola, la colocación de la cera…
Una vez acabados los protocolos y preparativos, entramos de
lleno en la Semana Santa, con nuestras manifestaciones públicas de
fe.
Sábado de Pasión, inician con fuerza dos Hermandades
adelantándose al resto de Almería. En sus barrios, Piedras Redondas
y Araceli, se hacen un hueco en la Semana Santa que surgen en la
lejanía, ¡estando tan cerca!.
Ha llegado la hora, donde todo está dispuesto: es la
Hermandad de la Unidad y la Hermandad del Camino, donde este
tiempo tan esperado, intenso y gozoso se manifiesta en un auténtico
sentir a Jesús y su Madre en paciencia, obediencia, misericordia,
generosidad y perdón.
Desde la Parroquia de San Ignacio de Loyola, la Hermandad
de la Paz y la Unidad inicia su estación de penitencia
Nuestro Padre Jesús de la Paz, en su flagelación, con las
manos atadas, sujetas a la columna, en una donación generosa hasta
la paciencia extrema. María Santísima de la Unidad, Reina de los
pecadores, en una explosión de sensaciones, joven belleza, entre
varales, olores de Semana Santa, pasea movida por el amor y suave
movimiento del saber hacer de sus costaleros.
Del barrio de Piedras Redondas, la Hermandad de Nuestro
Padre Jesús del Camino de Araceli y Nuestra Señora de la
Salud, María al pie de la Cruz, dolorosa, entregada, piadoso Calvario
de profunda expresión y emoción contenida, hace su estación de
Penitencia, entre la devoción del barrio, nazarenos y costaleros.
Fervoroso y respetuoso viacrucis de oración.
Revivir los padecimientos de la Pasión… tratando de meterse
en Jesús, sentir su paz, su obediencia y su perdón… mientras, María,
seguramente se acordó del viejo Simón en el Templo y sufre en
silencio.
Vamos a recordar la historia más hermosa y dolorosa, la
historia de nuestra salvación… a revivir los sentimientos de Jesús,
sus pensamientos y actitudes. No olvidemos que la Semana Santa es
un periodo riquísimo y único de espiritualidad y sentimiento
cristiano, siempre alegre y esperanzado.
¡Que Repiquen las campanas! ¡Resuenen las campanillas!
Almería, regocíjate, alégrate, porque llega la Semana Santa.
Domingo de Ramos, luminoso día de ilusión y misterio, de
oración y recogimiento, son cuatro las hermandades que recorrerán
las calles de Almería en estación de penitencia, anunciando la
Pasión, Muerte y Resurrección, precedidas todas ellas de la intensa
espera en la Cuaresma.
Del centro de Almería, la Hermandad de Nuestro Padre Jesús
de la Victoria en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Nuestra Señora
de la Paz, de la Iglesia parroquial del Espíritu Santo, de la zona de
Paco Aquino. La Hermandad del Santísimo Cristo de la Misericordia
en su Crucifixión y María Santísima de los Ángeles, del barrio del
mismo nombre. Hermandad de Nuestro Padre Jesús de las Penas y
María Santísima de la Estrella, de Regiones y la Hermandad
Eucarística de la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad, de
Plaza de San Pedro.
Las atalayas de los campanarios de nuestras iglesias de
Almería, contemplarán una vez más, el ir y venir de nazarenos,
costaleros y mantillas. Sobre todo, el otear de la Alcazaba, testigo fiel
de la evolución urbana de Almería junto con el casco más antiguo de
la ciudad, son testigos mudos, del caminar religioso de la historia.
Acompañar interesadamente a Cristo en el camino, desde su
entrada en Jerusalén, es un ejercicio de piedad y de fe.
¡Domingo de Ramos! Jesús de la Victoria en su Entrada
Triunfal en Jerusalén, entre palmas y ramos de olivo. ¡Miradle!
subido sobre un pollino: Cristo, Rey y Mesías, es significativamente
a la vez, pobre, humilde, pacífico… ¡Cuanta grandeza y serenidad!
María y las mujeres santas, debieron acompañar de lejos a
Jesús como bálsamo, con dulzura, sin notoriedad, con la paz e
inquietud en el corazón.
Toda la algarabía, toda la alegría, todo el entusiasmo de los
niños hebreos… con palmas y ramos de olivo… “¡bendito el que
viene en nombre del Señor!”… éste día se tornará, soledad, pena y
pesadumbre en el transcurrir de los acontecimientos. ¡Y nosotros
tan tranquilos! ¡Así somos! ¡flor de un día! Sensaciones humanas, la
mayoría incontrolables, porque somos así.
Nuestra Señora de la Paz, Virgen Pura, de cara armoniosa,
quietud bajo techo translúcido, revolotear de palomas, en un
transparente cielo azul; es la luz de Almería; derroche de artísticas
flores de palma en su ornamentación, marías de cera, con su bello
paso, recorre la ciudad en pos del Salvador, ahora glorificado,
¡aleluya, aleluya!
Nuestro Padre Jesús de las Penas, sale desde la Iglesia de
San Isidro. Todo súplica y ruego, medita con Dios, buganvillas, y
espuma del mar, Espectacularidad, esplendor y suntuosidad. ¡A todo
el barrio de Regiones, Hnos. Pinzón, calle Santiago, San Juan
Bosco... hasta el centro de Almería, tienes “prendío” de tu pena y
de tu amor!
En un alarde de cariño, te siguen tus leales nazarenos, serios
orantes, quieren llevar parte de tu carga, de tu soledad y tu
consuelo... Tú, Jesús, tremendamente solo, en la humillación de tu
desnudez, haces, que en nuestras vidas y en nuestras cosas, te
sigamos dejando solo y desnudo...
María Santísima de la Estrella, Virgen Madre de Dios,
piadosa belleza y hermosura, de bello llanto, rosas y jazmines tus
lágrimas son estrellas de consuelo que se deslizan al mar. Desde tu
barrio de Regiones, en oración constante y respetuoso andar te
rezan y oran por las calles de San Juan Bosco, Federico García Lorca
y Obispo Orberá.
Del barrio de los Ángeles, el Santísimo Cristo de la
Misericordia, Rey de Reyes, con semblante bondadoso, muestras tu
entrega, para un continuo darse a nosotros; clemente y caritativo,
caminando por Quinta Avenida, calle Granada, Puerta Purchena y
Plaza de San Sebastián. Dulce caminar entre flores, saetas y
cofrades… se acerca tu crucifixión, tu gran entrega. La grandeza del
sacrificio por nuestros pecados.
María Santísima de los Ángeles, Virgen Bienaventurada, de
guapa y serena, grandiosidad, generosidad de un nombre que da pié
a un magnífico y lindo rostro, serio y afligido semblante, por un
incontenible llanto que mana de sus entristecidos ojos, envuelta en
un mar de flores, que fluyen olores de piedad, amor y dulzura.
Nuestro Padre Jesús de la Santa Cena, sale desde La Iglesia
Parroquial de San Pedro Apóstol. Jesús, Dios hecho Hombre, en
compañía de sus apóstoles, en una ostentación de solemnidad
representando el momento grandioso y hermoso de la Institución de
la Eucaristía. La Puerta de los Perdones se prepara para un año más
verle salir a la calle entre velas con guardabrisas y flores silvestres;
toda la emoción contenida, y el arrope de toda Almería congregada
en la calle Ricardos; una gran noche: “He deseado vivamente
comer esta Pascua con vosotros, antes de que yo padezca”.
Jesús, majestuoso, en la cena con sus discípulos, nos deja
importantísimos mensajes trascendentales para la humanidad:
La humildad como elemento primordial de convivencia y
seguimiento, al lavar los pies de sus apóstoles…
La Eucaristía, que es su Cuerpo y Sangre vivo, pan de los
ángeles con nosotros, hasta la eternidad. Momento fuerte, intenso y
gozoso.
En esta cena, Jesús, instaura el Sacerdocio, que es una entrega
personal de los hombres, de amor, de hoy y para siempre, e instituye
un Nuevo mandamiento: “que os améis los unos a los otros
como yo os he amado”…
Tu cuadrilla de costaleros, te mecen con suave movimiento en
un silencio intenso y continuado de oración, visitando los conventos
de clausura, donde se adora al Santísimo. Además recorren a su
paso, las angostas calles del casco antiguo de la ciudad,
especialmente como: José Ángel Valente, Cubo, y Plaza Virgen del
Mar.
María Santísima de Fe y Caridad, Madre del Camino
luminoso, aurora de hermosa belleza, con suave dulzura, de rojo,
entre bambalinas y fuertes fragancias de azahar. Gloria, Triunfo y
Victoria; Amor encendido, esbeltos varales como palmeras
sustentan su palio, candelería de amor, faroles de cola siempre
encendidos en nuestros corazones…. Es un ir y venir de conventos,
donde Jesús, presente en el Sagrario, nos acompañará durante toda
nuestra Estación de Penitencia, hasta la vuelta jubilosa a la Iglesia
parroquial de San Pedro.
En Almería, nuestras calles y plazas son testimonio de una Fe
llena de oraciones y plegarias, las calles llenas de almerienses y de los
forasteros que nos visitan… muestran su admiración por el buen
hacer de las cofradías. Con verdadera pasión y devoción, cantan
saetas que suenan por doquier y piropean a nuestras imágenes
sagradas.
Poesía cantada, reflexión y petición en intimidad, plegarias de
oración y admiración… Nos sentimos obligados, como pueblo de
Dios, a pregonar nuestra fe con nuestro serio comportamiento
cristiano y penitencial, hemos de conseguir unas estaciones
penitenciales plenas de sentido y contenidos cristianos.
Lunes Santo de Nazarenos, con silencio absoluto: Nuestro
Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y
Traspaso, Nuestro Padre Jesús de la Salud y Pasión en su Tercera
Caída y María Santísima de los Desamparados.
La presentación de todos sus cortejos procesionales, está
compuesta de numerosos y ordenados nazarenos de impecable
compostura…
Barrio del Zapillo, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder,
Manso Cordero, caminas por Carretera de Cabo de Gata con el
madero al hombro, con los poros de tu piel tensa por el sufrimiento,
vas por las calles de Almería en silencio, a oscuras. Toda la fuerza,
todo el vigor en tus facciones, vas escuchando las plegarias que los
cristianos, ya depositan, como preciosa carga de penas, pecados, y
súplicas, sobre tu Cruz. Tu, asumes para tí como propios, los
pecados ajenos, para aliviar el andar por la vida.
Nuestro Padre Jesús de la Salud y Pasión en su Tercera
Caída, caritativo, misericordioso, obediente y sumiso,
tremendamente humano, te acompañan por la Vía Dolorosa,
ordenados y serios nazarenos. Sufriente Jesús, en tu soberbio y
precioso paso de caoba y plata, te sujetas, ya no puedes con tanta
carga y súplicas al Padre en constante oración.
María Santísima de los Desamparados, Madre piadosa, tan
linda y tan angustiada, candelería encendida de nuestros afanes,
camina su amargura, su tormento y su pena, camino del Santuario de
la Virgen del Mar, Patrona de nuestra ciudad. La Cruz, también pesa
para ti, Señora… es un “haced lo que Él os diga”… Los pasos
preparados con toda exquisitez y gusto, nos mostrarán los mil
detalles de la orfebrería, el bordado, la cera y la ornamentación
floral.
Martes Santo con tres hermandades en la calle, comúnmente
denominadas: “Coronación, Amor y Perdón”. Jesús va haciendo su
entrega personal poco a poco, con desconsuelo, sin ayuda. La
inoperancia de los políticos de su tiempo y la necedad de los
hombres: es cosa de todos los tiempos.
Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia, ¡oh,
Dios mío!, muestra al pueblo su inocencia, ante un juicio interesado
y amañado, previamente condenado. De magnífica presencia
“Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle”. Dispuesto
después del primer castigo, Pilato en un intento de disuadir al
pueblo, una vez azotado, lo presenta: “Ecce homo.” Él, Jesús es un
derroche de docilidad y obediencia de la entrega total a Dios. “Salve
Rey de los Judíos”. Y díceles Pilato: “Aquí tenéis al hombre”.
María Santísima de Gracia y Amparo, Madre de la Iglesia,
desde la Parroquia de Santa María Magdalena, en los Molinos,
esencias de primavera, claveles blancos acompañan a la piadosa de
agradable mansedumbre, dulce mirar, desde la carretera de Níjar,
camino del Seminario, San Juan Bosco, el centro, verán. Con alegría
y satisfacción en su lento caminar de su largo recorrido, con su
sereno y hermoso rostro, y sones de música hacen más llevadero el
compás y rachear del andar costalero.
Santísimo Cristo del Amor, Nuestra fuerza es su palabra,
Agua y sangre brotan a la vez del pecho henchido de Jesús, el sol se
eclipsa ante tanta grandiosidad de Muerte. “Padre en tus manos
encomiendo mi espíritu” Es ruego que da el amor y la
misericordia de vida, suplicas al Cristo de Jesús de Perceval que no
cesan de llegar y que al cielo subirán.
Nuestra Señora del Primer Dolor, Santa María de amor, tu
corazón atravesado por tus siete dolores mirando al cielo de estrellas
de tu bellísimo palio, ternura, llorando tu amor de madre que se
siente desorientada y dolida; desde tu parroquia de San Sebastián te
pasean en volandas tus costaleros por todo el centro de Almería, en
paso exuberante de flores, y luces de cera.
Santo Cristo del Perdón, Señor del desamparo, entre
hachones de fuego, nazarenos con túnica de riguroso negro, en
silencio, a oscuras. Es todo el tiempo, oración vehemente, de
súplica, de perdón. Imagen del Crucificado, vivo, abandonado,
portentoso y a la vez de dulce mirar...
Él también suplica, Él, que es todo amor, y misericordia…
implora compasión, Él que es el rey del Universo espera…
Almería, que ¡Repiquen las campanas! ¡Resuenen las
campanillas! Almería ¡regocíjate, alégrate!, porque estamos en
Semana Santa.
Miércoles Santo grandioso, hermoso, y de importancia.
Cuatro hermandades hacen su estación de penitencia: Prendimiento,
Calvario, Estudiantes y Sentencia.
De la parroquia de San Roque, el Santísimo Cristo del Mar,
Realeza en el Calvario, entre lirios, crucificado acompañado por
Nuestra Señora de las Lágrimas y San Juan Evangelista, es la
suprema representación de amor entregado a los hombres, “Mujer,
he aquí tu hijo” “He aquí tu madre”. Sale la Cofradía entre el
gentío, con nubes de incienso… Música celestial acompañan entre
cofrades por la plaza de la Catedral, Almedina y General Luque y
Avenida del Mar…
Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, Jesús Cautivo de
Medinaceli y Nuestra Señora de la Merced.
Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, flaquea tu
corazón y llora tu Espíritu. Armonioso conjunto escultórico entre
olivos y flores. Con un beso traidor y cobarde es entregado el Hijo
del Hombre. En cada circunstancia siempre está solo, el altercado
promovido no hace sino aumentar su estado de abandono y soledad.
Jesús Cautivo de Medinaceli, Amor entregado, preso y
atado. Cuando aún la tarde goza de su plenitud, Jesús está en la
Plaza de la Catedral, impresionante estampa de sufrimiento, doliente
y ajusticiado, sobre su regio y espectacular paso dorado.
Impecable es la presentación de todo su cortejo.
Nuestra Señora de la Merced, María de Fe viva y
penetrante, de bello rostro afligido, respiraderos, cera y flores con
artísticos bordados de palio y manto, pasean, a la Merced, entre
nubes y esencias de incienso, rosas y azahar por toda Almería. La
Virgen sufre también la traición de Judas, que llora por tantos Judas
que besan.
Miércoles Santo, con un cambio de día de la Hermandad de la
Macarena: del Lunes al Miércoles, nueva incorporación, pero ya
experta en los quehaceres de Estaciones de Penitencia, desde su
barrio de Plaza de Toros viene al centro de Almería en compañía de
su gente.
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, Hijo de Dios vivo,
con la humildad del amor entregado. Como cada año el impactante
momento mimetizado, Jesús, obediente, ante Pilato y ante la
indiferencia de los soldados romanos... El pueblo manipulado y la
mala fe de sus dirigentes religiosos, ha culminado, en un proceso
caótico.
María Santísima de la Esperanza Macarena, María Maestra
de oración, candelería de luz, hermosura exuberante en la calle,
precedida por sus ciriales, recibida por toda Almería, calor humano
del barrio de la Plaza de Toros, oirá las oraciones de las saetas y
enjugará sus lágrimas, entre varales, cera, orfebrería y flores.
Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto, súplica.
Plaza de la Catedral, palmeras y repique de campanas…
Padecimiento extremo, dolor, hasta el sudor de sangre, en el marco
grandioso de la puerta de la Catedral, ora con intensidad, suplica al
Padre “si es posible pase de mí este cáliz” le asiste un ángel del
Señor tratando de aliviar tanto desconsuelo…
Nuestra Señora del Amor y la Esperanza, Madre, Reina del
cielo, sale en volandas arropada por sus hijos y fieles cofrades, brisas
del mar acarician su hermosura, María en el corazón de los
Almerienses, vivas y aplausos en su recorrido hasta volver a la Plaza
de la Catedral.
Jueves Santo. Cuando es media tarde, en las puertas del
Santuario de la Patrona, Nuestro Padre Jesús de las Penas en el
abandono de sus Discípulos, en presencia de Dios llora con
indescriptible dolor y camina por el casco antiguo, debajo de la
Alcazaba a vistas del puerto y toda la ciudad. María Santísima del
Rosario del Mar en sus misterios dolorosos, Lucero de la mañana,
gracia suprema, que salió de la gubia del ilustre imaginero Luis
Álvarez Duarte. De expresión contenida de dolor, entre luces y
rosas, recorre el barrio de la Almedina, camino del Santuario de la
Virgen del Mar. Belleza que muestra su amargura y desconsuelo a
toda Almería.
Nuestro Padre Jesús Nazareno, Cristo doliente ¡Qué Cruz
más pesada, cuanto pecado soportado, qué vía dolorosa más larga!,
¡cuántas cosas pasarían por su cabeza! … ¡cuántas lágrimas de dolor
y desconsuelo!… y María Santísima de la Amargura, Refugio de
los pecadores, llanto amoroso, bajo tapiz de estrellas del universo
entero, aromas de flores… al encuentro, con el amor de sus amores,
y no por eso menos desgarrada, entre nubes de incienso, llora de
amor desconsolada, detrás de su hijo va, aceptando, los hechos en
un alarde de humildad.
Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Dios Hijo Redentor
del mundo, Pureza y dolor. Hermosa y portentosa efigie del
Crucificado con los pies y las manos clavados en la Cruz. Por el
barrio de la Almedina, lento peregrinar, derrochando consuelo, a los
cuatro puntos cardinales y dejando percibir tu perfecta unión de
amor y dolor.
Nuestra Señora de las Angustias, Madre del Salvador, de
belleza callada, abatida, apesadumbrada con Jesús en su regazo…, es
su silencio de entrega, cáliz de amargura, inmaculada concepción,
donde el Evangelio cobra vida y comienza a desarrollarse el gran
misterio.
Santísimo Cristo de la Redención en su Sagrado
Descendimiento. ¡Silencio, se ora! Jesús muerto y ya desclavado de
la Cruz, ajado sin vida, ha dado y entregado su vida a Dios por
nosotros. Monumental escenografía en un alarde doloroso de
personajes entorno a Jesús… Iris y Música de dolor y pena en su
lento caminar.
María Santísima del Consuelo de Castillo Lastrucci, Pureza
y amor, de bello llanto entre fervores de la cofradía franciscana,
Almería le profesa secular devoción. Tradición en esa carita de
desconsuelo y entre lluvia de pétalos, rosas, penas y flores suben al
cielo.
Santo Cristo de la Escucha, Vía Crucis de Amor,
Madrugada del Viernes Santo, Almería tiene a su Cristo… de
perdón, de escucha y de esperanza. Siempre en la madrugada, no
importa el viento o la lluvia, Él siempre ahí, en espera… Escucha, Él
es Oración. “Él que es el Camino la Verdad y la Vida”, nos sigue
esperando. ¡Escúchalo! Sobrio… Jesús muerto y entregado….
“Perdón Señor, pequé, tened Piedad y Misericordia, de mí,” la
aurora verás con Jesús padecer un año más.
Hermandad del Santo Sepulcro, Jesús ya muerto en su urna,
todo ha acabado. En el atardecer del Viernes Santo, de la Parroquia
de San Pedro Apóstol, cortejo fúnebre, sobriedad en su paso
dorado, rosas rojas, llevan a la sepultura a un hombre que siendo
Dios se ha entregado. Lo ha dado todo. Música de cámara en el
desfile y Nuestra Señora de los Dolores, Reina del cielo, austera
palidez, todavía no entiende, confía. Su caminar es lento, sus varales,
su candelería y jarras con flores acompañan su dolor bendito.
Viernes Santo, ayuno de Sacramentos, pero no de comunión
con Cristo que permanece Resucitado. La oscuridad de la Fe,
mantiene a la Eucaristía en el campo del misterio, no impide por
tanto el resurgir de la alegría. La exclamación “misterio de la fe”
resuena siempre con un grito de alegría, alegría de la fe misma y
alegría del misterio de Jesús Resucitado, de nuevo presente en medio
de la humanidad.
Nuestra Señora de la Soledad, Madre inmaculada, Dolorosa,
hermosura triste y confiada de singular belleza, pasos lentos de
sufrimiento, Soledad entre cirios y luto, vuelves del sepulcro
pesarosa. Todos vienen apesadumbrados… la tristeza les absorbe,
oscurecido el entendimiento, abatidos… es la hora de la esperanza...
Santísimo Cristo de Caridad en su traslado al sepulcro y
María Santísima de las Penas y Santa Marta… El Señor que da
vida al hombre. Pena en silencio, En la madrugada Jesús es
trasladado al sepulcro vacío, delicadeza, ternura después de haber
visto el cuerpo roto y muerto de Jesús, lo más grande y gozoso ¡es la
esperanza de la Resurrección!
En un paso de gran impacto, movimiento de personajes…
llenos de pena, a la espera del Gran Acontecimiento, todo está
consumado.
¡¡Almería, que repiquen las campanas!! y ¡resuenen
campanillas! porque Jesús ha resucitado. ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Domingo de Resurrección, el domingo por la mañana,
presurosa, se presenta María Magdalena en el sepulcro, donde el
ángel le dice que Jesús el de Nazaret ha Resucitado… esa es nuestra
Fe y nuestra Esperanza. María ¡alégrate! y todos con ella, Jesús está
con nosotros… La luz brilla de una vez y para siempre. Se acabó la
soledad, la tristeza, la desesperanza y el desamor…
De la Catedral sale la Hermandad de Jesucristo
Resucitado, Señor de la vida y María Santísima del Triunfo.
Portentoso, el paso de Jesucristo Resucitado, humildad y
mansedumbre, repicar de campanas y aletear de palomas, Él se
manifiesta victorioso, vigoroso y ganador. Se muestra espléndido,
¡Vivo! Todo el Poder y la Gloria, por siempre”.
DESPEDIDA.
Aquí queda presentada, no sé si bien pregonada, la Semana
Grande de nuestra querida ciudad… descrita con sentimiento y
afecto, intentando distinguir todas las Hermandades que recorren,
su fe por nuestras calles, y todas las advocaciones por las que
llamamos a Jesús, Nuestro Señor, y a su Santísima Madre.
Siendo mi propósito como pregonero, dar a entender el gran
regalo que Dios, en su segunda persona de la Santísima Trinidad,
que dio su vida por amor a nosotros.
“Si Jesús ha resucitado, nosotros resucitaremos con Él”
¡Aleluya!, ¡Aleluya!.
¡Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad!
He dicho.
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