El laicismo y el agnosticismo llega al Miércoles Santo con el partido de la Copa de S.M. El Rey, Hermano Mayor Honorario de Hermandades y Cofradías penitenciales
María Santísima de la Merced Cofradía del Prendimiento Miércoles Santo Foto: Don Víctor González Felices |
Otro año más, y ya van algunos, no respetan gubernamentalmente las creencias de la mayoría de los españoles, que durante las fechas de la Semana Santa viven, especialmente las mismas, a través del catolicismo popular, de la piedad popular, acompañando a las Imágenes Sagradas en los cortejos procesionales camino de sus Estaciones de Penitencia.
Y el contubernio político - deportivo oficialista ajeno al sentir del pueblo, pero con actitud de un laicismo agresivo y beligerante, nos coloca el partido de fútbol de la final de la Copa del Rey, antes, según recuerdo en blanco y negro, “del Generalísimo”, el Miércoles Santo, cuando en cada rincón de España, y muy especialmente, Andalucía, se encuentran en las calles, callejuelas y plazas miles y miles, por no decir millones, de personas acompañando con fervor y devoción la fe que se hace cultura durante la Semana Mayor para tributar nuestro amor en el camino del Calvario, en ese Vía Crucis penitencial de silencio barroco al Señor de la Vida y la Esperanza, Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Estas actitudes del poder político son una afrenta, una provocación velada, a las creencias de los cristianos, y en especial, de los católicos, que a través de la religiosidad popular expresamos nuestros sentimientos religiosos en los Misterios de la Fe, viviendo espiritualmente la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de Su Santísima Madre, la Virgen María.
¿No pueden colocar el partidito de fútbol el siguiente miércoles de Pascua?
¿Sucederá como el año pasado el piterío al Jefe del Estado?
¿Qué himno sonará en el campo, el de Riego o el Himno Nacional, o Campanilleros?
Un día nos encontraremos, que por motivos ecológicos y medio ambientales (incienso, cera, sonido de las bandas de música, saetas, racheo del paso de los costaleros, el sonido del balanceo del palio......), declararán el Estado de Excepción, y los ciudadanos y ciudadanas no podrán salir a la calle a expresar estos sentimientos tan arraigados y tradicionales que han sido transmitidos generación en generación, y lo reducirán a las Sacristías, previo pago de la tasa municipal correspondiente.
Y el contubernio político - deportivo oficialista ajeno al sentir del pueblo, pero con actitud de un laicismo agresivo y beligerante, nos coloca el partido de fútbol de la final de la Copa del Rey, antes, según recuerdo en blanco y negro, “del Generalísimo”, el Miércoles Santo, cuando en cada rincón de España, y muy especialmente, Andalucía, se encuentran en las calles, callejuelas y plazas miles y miles, por no decir millones, de personas acompañando con fervor y devoción la fe que se hace cultura durante la Semana Mayor para tributar nuestro amor en el camino del Calvario, en ese Vía Crucis penitencial de silencio barroco al Señor de la Vida y la Esperanza, Santísimo Cristo de la Buena Muerte.
Estas actitudes del poder político son una afrenta, una provocación velada, a las creencias de los cristianos, y en especial, de los católicos, que a través de la religiosidad popular expresamos nuestros sentimientos religiosos en los Misterios de la Fe, viviendo espiritualmente la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y los dolores de Su Santísima Madre, la Virgen María.
¿No pueden colocar el partidito de fútbol el siguiente miércoles de Pascua?
¿Sucederá como el año pasado el piterío al Jefe del Estado?
¿Qué himno sonará en el campo, el de Riego o el Himno Nacional, o Campanilleros?
Un día nos encontraremos, que por motivos ecológicos y medio ambientales (incienso, cera, sonido de las bandas de música, saetas, racheo del paso de los costaleros, el sonido del balanceo del palio......), declararán el Estado de Excepción, y los ciudadanos y ciudadanas no podrán salir a la calle a expresar estos sentimientos tan arraigados y tradicionales que han sido transmitidos generación en generación, y lo reducirán a las Sacristías, previo pago de la tasa municipal correspondiente.
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