EN MEMORIA DEL SACERDOTE CARLOS HUELIN BENITEZ S.J.
El martes 8 de febrero a las 18 horas tuvo lugar en la Iglesia del Colegio Compañía de María una emotiva Eucaristía en memoria del Sacerdote Carlos Huelin, fallecido el pasado mes de enero, oficiada por su compañero Jesuita el Sacerdote Antonio Castillo. Y como expresó José María Campos en la misma, me gustaría darle las GRACIAS al Padre Huelin.
A pesar de su delicado corazón, sabemos que dividía éste (su corazón) y su tiempo en trocitos para todos los que le conocíamos. Gracias por los momentos que ha compartido con nosotros, padres y niños de la Compañía de María. Nos ha dejado un gran recuerdo, una huella imborrable.
Era una buena persona, con una personalidad arrolladora y alegre, que a nadie dejaba indiferente. Debo reconocerlo, a veces, nos sorprendía. Pero, comprendo que todo lo que decía era para hacernos reflexionar a los que le escuchábamos. No se trataba de la forma, sino del fondo de lo que quería transmitirnos. Y nos ha calado, ya lo creo.
He vuelto a leer el artículo que escribió en la revista "Almería Cofrade- Especial Semana Santa 2010" que tituló "¿Qué hace un cura en una Hermandad? Confesiones de un Consiliario", en el que el Padre Huelin muestra, una vez más, su visión sincera en distintos momentos de su vida de sacerdote y en distintos lugares. Me quedo con su último párrafo: "Por eso hay que estar allí y aprender a hablar con un lenguaje que ellos entiendan. Por eso hay que saber que la semilla es la mejor, pero que hay que labrar y preparar la tierra, saber echar el trigo. La tierra está ahí, pero son el sol o la luna quienes intentan encontrar los resquicios para iluminar los corazones".
María Cruz Montoya Alarcón
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