La
incorporación de la mujer a las Fuerzas Armadas españolas ha sido un hito
importante para la consecución de la igualdad constitucional de los hombres y
mujeres en nuestro país, siendo el fruto
consensuado y gradual de una evolución normativa progresiva y progresista.
Nos
tendríamos que remontar al RD de 28 de febrero de 1917, en el que entran
las primeras mujeres en el Ejército, concretamente el Cuerpo de Damas
Enfermeras, antecedente del Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar,
creado en 1941, y el de Practicantes en 1945.
La Constitución española de 1978 en sus artículos
14 y 30, respectivamente, establece que “Los
españoles son iguales ante la Ley” y “Los españoles tienen el derecho y el
deber de defender a España”, dictándose el RDL 1/1988,
de 22 de febrero, por el que se regula la incorporación de la mujer a las
Fuerzas Armadas, todo en ello en virtud de la LO
6/1980, de 1 de Julio, reformada por la LO 1/1984, de 5 de Enero,
por la que se regulan los criterios básicos de la Defensa Nacional
y la Organización
militar, determinándose la participación de la mujer en la Defensa nacional,
debiéndose de eliminar los obstáculos que se oponían a la plena efectividad del
principio constitucional de igualdad, y se señala que la mujer podrá alcanzar
todos los empleos militares.
La Ley
17/1989, Reguladora del Régimen del Personal Militar Profesional, preveía la
incorporación de la mujer en las FFAA en un plano de igualdad con los sistemas
de acceso de los hombres. Esta Ley puntualizaba que en los procesos de
selección no podían existir más diferencias que las derivadas de las distintas
condiciones físicas del hombre y de la mujer.
El
modelo español de integración de las mujeres en las FFAA continuó avanzando con
la aprobación del RD 984/1992, de 31 de julio, por el que
aprueba el Reglamento de Tropa y Marinería Profesionales en las Fuerzas Armadas
y la Ley 17/1999, de 18 de mayo, de Régimen del Personal de las FFAA. Esta
norma suprime definitivamente las limitaciones para incorporarse la mujer a
cualquiera de los destinos profesionales existentes, constituyendo la
culminación de un proceso de transformación del modelo de nuestras Fuerzas
Armadas, que con base en la plena profesionalización de sus miembros,
pretendiendo que sean más operativas,
más flexibles, más reducidas y mejor dotadas, todo ello con la finalidad de
cumplir con las misiones constitucionalmente encomendadas dentro del marco
tradicional de la defensa nacional y de constituir un adecuado instrumento de
disuasión y de política exterior en el nuevo panorama estratégico de la
seguridad compartida.
En el
2005 con la creación del Observatorio de la Mujer con objeto de estudiar y analizar la
presencia de la mujer en las Fuerzas Armadas y promover su integración y
permanencia y la Ley 39/2007, de 19 de noviembre, de Carrera Militar, se
culmina la plena igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito castrense.
Ellas están de pie un día tras otro. Ellas están
días enteros, a veces semanas, sin saber lo que es el agua corriente.
Ellas sienten como le disparan mientras
sus compañeros alrededor caen heridos pero no se le ocurre parar pues sabe que
tienen que seguir avanzando. Ellas continúan luchando para que tú seas lo
suficientemente libre como para ponerte la camisa que te apetezca. Ellas se
palpan el crucifijo colgando en el pecho junto con la chapa de identificación
antes de salir de la Base. Ellas saben que es posible que no vuelva a ver a
algunos de sus compañeros. Ellas salen de patrulla pero solo miran a ver donde
puede haber terroristas y dónde poner sus pies. Ellas se ponen encima todo su
equipo y no pueden ni siquiera quietarse el casco por una pestaña en el ojo.
Ellas todavía no han probado bocado hoy. Ellas llevan la misma ropa desde hace
dos semanas, pero cuida de su arma en cada oportunidad que tiene. Ellas no han
tenido tiempo ni de lavarse. Ellas estarán cuatro meses en zona de operaciones,
lejos de su casa, de su familia. Ellas esperan a ver si hoy finalmente hay
carta. Ellas mantienen el sobre cerrado y lo huele para ver si le llega algo de
perfume de quien le escribió. Ellas acarician a un niño, sin saber sí podrá
volver a ver a su hijo recién nacido. Ellas ven a diario a gente inocente
asesinada o torturada y por eso conocen muy bien el porqué de estar en combate.
Ellas oyen el estampido de la explosión al mismo tiempo que el ruido de los
disparos y el grito de los heridos. Ellas solo ven a su alrededor miseria,
desesperación. Ellas hacen exactamente lo que se le ordena incluso sabiendo que
con ello su vida corre peligro. Ellas tienen que aprovechar cualquier momento
para llamar a casa, escribir, comer o dormir.
Esta última semana del mes de mayo
tiene una gran significación en el calendario militar, pues se celebra la
festividad del día de las Fuerzas Armadas, cuyo objetivo principal es auspiciar
el encuentro y la comunicación entre los ciudadanos civiles y militares, y sirvan
estás líneas para rendir un sincero tributo de homenaje a la soldado Idoia
Rodríguez, la primera mujer, caída en
misión de paz, “La muerte no es el final”.
Aparecido el artículo en el Diario de Almería 29 de Mayo del 2012
Comentarios