AUNQUE
no sea un hecho generalizado, pero casi, escribo con una cierta decepción.
Durante muchas horas, dentro de mi saber y entender, consideré oportuno
hacer un ensayo novelado para el Día del Libro sobre la figura del Miguel de
Cervantes y Saavedra y su obra inmortal El ingenioso hidalgo Don Quijote de la
Mancha y su leal y fiel compañero Sancho Panza para testimoniar con humildad
franciscana, el IV centenario del eterno descanso del alma del Príncipe
de las Letras Hispanas y la implementación literaria de la 2ª parte del
Quijote.
Me
puede parecer, que no llevar el nihil obstat e imprimátur por una
entidad pública hasta es comprensible, sobre todo si no se hace a través de un
procedimiento público y concurrente, pero lo que más me decepcionó fue el paso
siguiente, es decir la explicación que se me dio, yo no la pedí, del porqué, ya
que subyacían otros elementos, más propios de la censura de los años del
franquismo. En mi fuero interno meditaba, reitero, mi decepción. Aunque
quijotescamente, no hay mal que por bien venga. Al fin y al cabo era mi
compañero y lo iba a seguir siendo, a pesar del aldabonazo que me ha arreó.
Trasladar
el pensamiento humanístico de Cervantes a los tiempos actuales, lleva implícito
admitir determinados principios y valores como el respeto a la Ley, la
unidad de España, la patria, los símbolos que la representan, sus Ejércitos, la
honradez, la honestidad, la lealtad, la fidelidad, el no a la corrupción de
cualquier tipo, la asistencia a los desvalidos, a los necesitados, a los
refugiados, rechazo de todo tipo de violencia … pero claro lo suyo es la
cultura, su ambiente es de un alto nivel intelectual y por tanto identificarse
con estos términos reaccionarios de quien habla de España y de los males que
nos acechan desde el siglo XVII, les colocaría en una embarazosa situación de
políticamente incorrecto.
En
los acuartelamientos de la Guardia Civil aparece el lema "Por
España. Todo por España", y en la Academia de Suboficiales de Tremp –
Lérida, Cataluña - “Servir a España hasta morir”; y no creo que pensar de esta forma es ser un
facha o un botarate. Hoy acostumbrados al ensayo mercenario, la elegancia
intelectual no existe; tampoco el respeto ideológico. Es más común el
enfrentamiento y convertir la cultura en la base de una peligrosa separación
por bloques ideológicos, cuando la cultura no tiene más color, que el del Arco
Iris.
Rafael Leopoldo Aguilera
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