El P. Adolfo Nicolás acaba de hacer unas declaraciones penosas:
Éste hace buenos a Arrupe y a Kolvenbach.
Crítica demoledora de los Sínodos episcopales. "Mas de lo mismo". Y de un mismo malo. Nicolás nos ha salido asambleísta. No se escucha la voz del Pueblo de Dios. Estamos ante una doble estupidez. La primera porque los obispos algo sabrán de esa voz. Alguna vez la habrán escuchado y podrán transmitirla. Y la segunda porque es imposible una asamblea del Pueblo de Dios. Que son más de mil millones de asambleístas.
Este muchachito se carga todo con esa chorrada. Ciertamente los sínodos. Pero también el Concilio Vaticano II donde no estuvo el Pueblo de Dios sino sólo los obispos. Y hasta las Congregaciones Generales de la Compañía de Jesús. Siempre "más de lo mismo". Porque en ellas no está ese Pueblo.
A él no le gustan las instituciones de la Iglesia. Pues no sé que hace en la Iglesia. Quiere otra cosa. Y que además es imposible. Pues en buenas manos está la Compañía de Jesús. Se entiende bien su deriva actual.
Todo lo que dice es un centón de vulgaridades, utopías, críticas a la Iglesia, peticiones de principios estúpidos, obnubilación por "lo otro", vaguedades... No voy a perder el tiempo en contestar las afirmaciones y negaciones de Nicolás. Tenía la impresión de que era un impresentable. Él se encarga de confirmarlo.
Luis Fernando Pérez Bustamante, con más paciencia que yo, le dedica un amplio comentario. Léanlo. Por mi parte lo suscribo.
También conviene que lean los comentarios al enlace que he puesto. Queda bueno el Prepósito General de la Compañía de Jesús. Que no tiene arreglo mientras este sujeto la dirija. Pobres buenos jesuitas bajo este individuo. Aunque no hay mal que cien años dure. Éste tiene ya 76 años. Lo suyo es lo peor. ¿Entendéis ahora a Masiá? Son almas gemelas. El japonesismo es letal para la Compañía.
Comentarios