APOCALIPSIS, según el calendario Maya para el día 21 de diciembre, marca el final de un ciclo de 394 años, conocido como Baktun 13, que algunos descifran y analizan como el momento del ocaso del cosmos. Esta será otra vez más, y no será la última fábula que a lo largo de la historia se nos ha proclamado el fin del mundo, a pesar de la fórmula litúrgica "Memento Homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris", "Recuerda, hombre, que polvo eres, y en polvo te convertirás". Con esta elucubración cultural de los Mayas transmitida a través de los medios de comunicación social nos acerca, entre otras presunciones diluvianas y medioevales, al "séptimo sello" del Apocalipsis 8:1-2: "Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas".Los otros seis sellos nos ilustraron con otros antiquísimos mensajes y señales del fin de los tiempos o de un ciclo, incluso con la llegada del anticristo. El caballo blanco describe su filosofía humanista, pacifista de falsas esperanzas para el mundo entero, aparentará amor y piedad, y a muchos engañará. Hablará de humanismo y derechos humanos para engañar a los moradores de la tierra. El triunfo del anticristo será en todo: en política, la diplomacia, la economía, etcétera. Este jinete provocará guerras en casi todo el mundo, rumores de guerras, pleitos entre una nación y otra. Los alimentos serán racionados y caros. Las pestes y el hambre, son las armas de este jinete. Este juicio nos habla de un terremoto tan grande que provocará derrumbes y erupciones de volcanes, el polvo, la ceniza y el humo cubrirá la tierra de tal manera que casi no brillará el Sol y la luna se verá roja. Lo único que será una garantía para evitar tantos males propuestos a lo largo de la historia será la Palabra que nos salvará de tan terribles elementos de la providencia o de la naturaleza.El único Apocalipsis sine die es la realidad dolorosa del valle de lágrimas de muchas familias, el dolor de la guerra y el terrorismo, el dolor del hambre y del paro, el dolor de la soledad y del rechazo, el dolor de la enfermedad y de la muerte, el dolor físico y el dolor moral y la terrible verdad del dolor, mirad sino el Paso de Misterio de Jesús de la Sentencia. Hay que dejar los oráculos proféticos y los géneros literarios, y para ello, no hay más solución telúrica que seguir arrimando el hombro con pasión, en la verdad y la paz, en sobrevivir ante estas tribulaciones económicas y sociales que no están impregnando esta década ominosa, a fin de salir mediante el trabajo, trabajo y trabajo unido a la ilusión y convicción latente e infinita, en la que está el ferviente anhelo de un mañana mejor con fe, esperanza y caridad.
http://www.elalmeria.es/article/opinion/1416866/apocalipsis.html
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