Día 6 de Diciembre, aniversario de la Constitución española. España siempre será católica, apostólica y romana, fe inseparable de la Patria.
El día seis de diciembre de 1978 se aprobó por el pueblo español en referéndum la Constitución española, en cuyo artículo Artículo 16, se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
Por ello, y haciéndonos eco de lo indicado por el Gran Priorato de España de la OSMTJ, queremos expresar nuestra solidaridad, cercanía y apoyo a todas las víctimas de la intolerancia, de las agresiones y de las persecuciones por motivos religiosos, sea cual sea el credo que profesen. El mundo que proclama la libertad como patrimonio común de la humanidad no puede abandonar a su suerte a quienes están sufriendo la violencia, coacción o discriminación por motivos religiosos. Manifestamos que la libertad de religión y de creencias es una libertad esencial y un bien precioso para cualquier sociedad, como proclama el artículo 18 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Hacemos un llamamiento a todas las instituciones públicas, organizaciones sociales y personas en general para adoptar una conducta de defensa activa de la libertad religiosa, al ser uno de los pilares en que deben basarse la paz, la justicia y la libertad en el mundo. Instamos a impulsar en el ámbito internacional iniciativas encaminadas a promover la libertad religiosa y de creencias de todos, personas y grupos, mayorías y minorías, sea cual sea su actitud ante la religión, así como a eliminar toda forma de intolerancia y discriminación por razón de las propias creencias.
Desde estas líneas cofrades, queremos que el Gobierno de la Nación y el resto de autoridades gubernativas respeten a nuestra amada Iglesia Católica y al Santo Padre, el Papa, Vicario de Cristo en la Tierra, así como, a las tradiciones del catolicismo popular, ya que estamos sintiendo, cada vez más, el acoso anticlerical y antireligioso de una pequeña parte de los políticos, de una determinada opción política, que no solo blasfeman contra nuestras creencias y sentimientos cristianos, sino, que promulgan leyes para ir limitando, en el ostracismo de nuestras conciencias, nuestras actuaciones en la vida pública como ciudadanos de pleno derecho.
Solo queremos que se cumpla la Constitución española.
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