Un año más, y tras haber rebasado la cifra numérica de doscientos años, con el copatronazgo sobre el municipio de Roquetas de Mar, de la amada imagen sagrada de Nuestra Señora del Rosario, Patrona Coronada, llegamos con sumo gozo y satisfacción pastoral y espiritual al disfrute de la feria y fiestas en su honor, culminando, con motivo de su santa e inmaculada onomástica, el día 7 de octubre, con la procesión solemne de alabanza y veneración a tan bella y dulce imagen, que acompaña todos los días del año, desde el presbiterio de la iglesia parroquial, a todos los roqueteros y otros fieles venidos para rendir fervor y devoción mariana.
Según nos indica el escritor Antonio Gil Albarracín en la edición del libro de Hermandades y Cofradías en la Almería moderna, “En el testamento de Felipa de Sola, viuda de José de Enciso, natural de Berja y vecina de Roquetas, otorgado el 6.7.1784, ante Francisco Antonio Soler, señaló pertenecer a la Hermandad de la Virgen del Rosario de la parroquia de Roquetas.”
Este hecho me ha hecho reflexionar sobre la necesidad, que la centenaria Iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario sea declarada Santuario diocesano, como icono de la morada de Dios entre los hombres y mujeres en la comunidad eclesial, y un icono de cada discípulo de Cristo, templo del Espíritu, y por tanto, lugar sacro de la presencia del Señor y llegada del Pueblo de Dios peregrinante y penitente.
Además del aspecto devocional a la Virgen del Rosario, Patrona Coronada de Roquetas de Mar, está el jurídico-eclesial. Según su importancia, puede haber santuarios, diocesanos, nacionales o internacionales. Para su aprobación y legitimación, intervienen, respectivamente; el Ordinario, la Conferencia Episcopal o la Santa Sede.
Hay que seguir avanzando en la vida comunitaria, en el sentido de contribuir de manera eficaz a acoger y vivir el gran don de la reconciliación y de la vida nueva que la Iglesia ofrece a todos los discípulos de la Redención, ya que los Santuarios son “testigos de la múltiple riqueza de la acción salvífica de Dios”, y también hoy, más que nunca, ante el laicismo beligerante, “un don inestimable de gracia” para la Iglesia.
Creo, que actualmente, no habría ninguna dificultad a la hora de fundamentar la misión y le legitimidad de la parroquia de Nuestra Señora del Rosario como Santuario, como lugar de culto y evangelización. No es menos cierto, que habría que conjugar los puntos de vista pastoral, con otros intereses particulares que surgen en su realización, como pueden ser la existencia de la Hermandad que realiza un papel loable, la condición de Capellán, presencia de una Orden o Congregación religiosa, venta de recuerdos, administradores, implicaciones políticas, culturales, turísticas y tratamiento que ofrecen los medios de comunicación social.
El Santuario en el siglo XXI ofrece una atracción, y sobre todo en un municipio como Roquetas de Mar, lugar de encuentro de culturas, tiene una fuerza de atracción para muchos fieles que se sienten atraídos y acuden por esa irradiación que el Santuario emite. El Santuario nos ofrece el anuncio de la Palabra, las celebraciones, la oportunidad de la reconciliación, el sosiego y la paz.
Muchos hombres y mujeres caminan doloridos, en busca de esperanza. Y esa esperanza pasa por peregrinar, cada vez que se pueda, a la Virgen del Rosario. Porque estamos necesitados de lo trascendente, del reencuentro con Dios, con su amor, con su misericordia, con la gracia. Y el Santuario siempre nos puede ofrecer alimento sano, Evangelio, con la transmisión de la fe, de la integridad de la doctrina, frente a tanta confusión, ignorancia y adulteración.
Cada día cuando he pasado por delante de la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, considero que el citado templo podría ser declarado Santuario, para poder prestar un valioso servicio a la Iglesia diocesana de Almería, lo que conllevaría la continua renovación de la vida espiritual y del compromiso eclesial, y ser impulsor de solidaridad, ya que ayuda al creyente a realizar el itinerario esencial de la fe.
Estas líneas no están basadas en solo soporte humano, con valor antropológico o como un fenómeno de la religión, sino en un verdadero y auténtico sentido teológico.
Traslado en el epílogo de esta carta, las palabras del Beato Juan Pablo II, en su Discurso a los participantes, en el “I Congreso Mundial de la Pastoral de los Santuarios y de las Peregrinaciones” (28 de febrero de 1992), los responsables de la pastoral de los Santuarios han de conducir a los peregrinos a lo esencial, esa es su misión. Y lo esencial es “Jesucristo Salvador, término de toda marcha y fuente de toda santidad. Por Él y en Él nosotros llegamos al Padre. Os corresponde anunciar “oportuna e inoportunamente”, el núcleo y el centro de la Buena Nueva de salvación, la liberación del pecado y del maligno que oprime al hombre, la alegría de conocer y amar a Dios y ser amado por Él, y de ir caminando hacia Él, felicidad suprema.”
Que junto a María Santísima en la advocación del Rosario, Patrona Coronada de Roquetas de Mar, sigamos manteniendo siempre una comunicación, un diálogo, con la fuerza espiritual que la Imagen nos impregna, para seguir aumentando nuestra devoción y fervor por los siglos de los siglos a la Beatísima Trinidad, a fin de que Roquetas de Mar, siga siendo más nazarena y mariana.
Rafael Leopoldo Aguilera Martínez
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