He
recibido con consternación profunda el fallecimiento del que fue Alcalde –
Presidente del Ayuntamiento de Almería, Santiago Martínez Cabrejas, que
descanse en la divina paz, rogando una oración fúnebre por su eterno descanso. «Requiem æternam dona eis, Domine, et
lux perpetua luceat eis»
Coincidí
con el difunto Alcalde en su última legislatura municipal, en la cual, a su
vez, ostentaba la condición de Presidente de la Agrupación de Hermandades y
Cofradías de Almería, y solo puedo decir, que fue un excelente hombre en la
comunicación permanente institucional por solventar o coadyuvar en todo tipo de
cuestiones relacionadas con el ámbito de la religiosidad popular.
Aunque
han pasado casi doce años de este periodo de colaboración estrecha, en la que
tuvimos que cooperar con gratitud mutua en la realización de tres importantes
proyectos diocesanos en la capital almeriense, el Sínodo Diocesano, el Congreso
Mariano y el Congreso Eucarístico, así como, siempre nos facilitó la autonomía
y autogestión en temas como la organización de la carrera oficial de la Semana
Santa y el impulso de la Semana Santa como Fiesta de Interés turístico –
cultural de Andalucía a través de la Concejalía de Participación Ciudadana.
Todavía
recuerdo, dos hechos de la primera de sus legislaturas, que quiero reflejar en
sentido de curiosidad cofrade por el momento histórico por el cual estábamos
atravesando del final de la Transición política, que también afectó a las
Cofradías, y que por supuesto nada tienen que ver con la última de principios
de los años dos mil, ya que como primer Alcalde de la democracia, durante la
organización del pregón de la Semana Santa de 1980, pronunciado por el escritor
y poeta José Asenjo Sedano, era su segundo pregón, el obispo Casares Hervás se
negaba a asistir al mismo sí iba el Alcalde socialista al mismo, eso se
resolvió providencialmente, con la asistencia del Teniente Alcalde Laudelino
Gil.
Otro
hecho, que sí tuvo trascendencia en medios de comunicación social, es entrados
en los ochenta, Monseñor Casares Hervás
abandona la procesión del Santo Sepulcro sin despedirse de nadie, y era
entendible, ya que el Obispo sufría una
enfermedad que le mermaba su capacidad física y, por otro lado, también se “molestó o irritó
fraternalmente” por la tardanza en el andar procesional de la Procesión Oficial
de la Semana Santa, lo que supuso que, igualmente, por compañerismo fraterno e
institucional, el Alcalde Santiago Martínez Cabrejas, no se sí emulando al
Prelado, hace lo mismo con los concejales de la Corporación, y se ausentaron
antes de que finalizará el cortejo procesional.
Eran
momentos muy difíciles y complejos para la piedad popular, pero que la siempre
buena intervención de D. Santiago Martínez Cabrejas en esos años y en su última
legislatura, permitió hoy llegar a donde hemos llegado en el fomento y
divulgación de nuestra religiosidad popular a pie de calle, en clara
observancia de sinergias entre la institución municipal y la corporación
agrupacionista cofrade, en la búsqueda constante de poder estrechar y
acrecentar líneas de colaboración y cooperación con los gestores públicos en
aras a los intereses sociales que las Cofradías realizan en la sociedad civil.
Rafael Leopoldo Aguilera Martínez
http://www.elalmeria.es/article/opinion/1972309/descanse/paz/senor/alcalde.html
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