MEMENTO
homo, quia pulvis eris et in pulverem reverteris -Acuérdate hombre, que polvo
eres y al polvo regresarás-. Este miércoles, día 18 de febrero, comienza el
Tiempo litúrgico de la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza.
Una estación espiritual
camino de la Pascua florida, particularmente relevante para todo creyente
cristiano o, incluso, para los no creyentes, que quieran conocer y, otros,
prepararse con fervor y devoción a sentir y vivir el Misterio Pascual, la
Pasión, Muerte y Resurrección del Señor de la Vida y la Esperanza, el Dios
compasivo y misericordioso del Amor y el Perdón.
Estamos celebrando el Milenio
del Reino independiente de la Taifa de Almería, en concurrencia, en ese mismo
periodo histórico, época de las Cruzadas, san Francisco de Asís viajó a Oriente
con la idea de llegar a Tierra Santa; y en Egipto fue recibido por un sultán
culto y tolerante, Malik al-Kamil, aunque a nivel de ciudadanía le manifestaron
al Poverello su acritud y hostilidad
y no realizó conversión alguna a pesar de sus humildes palabras
San Francisco de Asís relator
del “Quinto Evangelio”, “Paz y Bien”, consideraba que todo tipo de beligerancia
frente al “infiel” no se podía hacer a espadazos sino con diálogo, ya que toda
violencia era siempre un fracaso, y solo la palabra, era para él el medio de
acercar a las personas y lo mismo a las religiones, y las “cruzadas” debían de
ser una teología de la palabra y de la persuasión. Cuando se despidió de
Al-Kamil, este le dijo en secreto a Francisco que orase por él al Señor para
que “acertase a profesar la religión que más agrada a Dios”.
Al igual que nos manifestamos
en el Malecón de la Rambla, que nos sentíamos “Je suis Charlie”, ahora
deberíamos exteriorizar en esta Cuaresma por la libertad y la dignidad de los
cristianos, que están siendo masacrados en algunos países con arraigo de una
errónea interpretación de la cultura islámica basada en la violencia.
Comunidades cristianas con
dos mil años en la fe están siendo asesinadas, quemando iglesias e imágenes, y
poniendo una “N” de Nazareno en las puertas de las viviendas, para que quienes
quieran, puedan quedarse con el inmueble y los enseres, y asesinar a los
residentes cristianos.
Je suis Nazareno. No podemos
seguir tolerando que una parte de la civilización de cultura civilizada miré
hacia otro lado ante esta ignominia diabólica de algunos que van clamando
consignas que “los cristianos deben de morir”.
Rafael Leopoldo Aguilera Martínez
http://www.elalmeria.es/article/opinion/1963396/je/suis/nazareno.html
http://www.elalmeria.es/article/opinion/1963396/je/suis/nazareno.html
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