Semana Santa
XXIII PREGÓN DE SEMANA SANTA
Muy Ilustre Hermandad de Pasión de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado en su Divina Misericordia, Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Entierro del Redentor – Cofradía Nuestra Señora de los Dolores – Soledad

A cargo de: Don Ignacio Jiménez Carrasco. ROQUETAS DE MAR, 3 DE MARZO DE 2018.

Vídeo del XXIII Pregón de Semana Santa 2018

Don Antonio de Mata y Cañizares, cura párroco de nuestra parroquia, hace entrega del cartel de Semana Santa 2018 a su autor, don Blas Fuentes.


Descubrimiento del cartel de 2018, una fotografía de la imagen de Jesús Nazareno, obra del profesor de la UAL y fotógrafo Blas Fuentes.

Doña María José López, Hermana Mayor, invitó uno a uno a todos los pregoneros que han participado en esta tradición desde que la hermandad iniciara su camino. Rubricaron su firma en el nuevo libro que la hermandad ha dispuesto para tal fin. Finalizadas las firmas, posaron juntos en el altar mayor, dejando así una imagen para la historia.
PREGÓN COMPLETO

Me van a permitir que me salte un poco el protocolo y que me dirija al SEÑOR, con las mismas palabras que la VIRGEN pronunció en el anuncio del ángel:
“HÁGASE EN MÍ, SEÑOR, SEGÚN TU PALABRA”.
Y yo le suplico:
“QUE MIS PALABRAS SEAN LAS TUYAS, SEÑOR. HÁGASE EN MI TU VOLUNTAD”.
Excmo. Sr. Alcalde del Excmo. Ayuntamiento de Roquetas de Mar, D. Gabriel Amat Ayllón y miembros de la Corporación Municipal. Reverendo Cura Párroco de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, D. Antonio de Mata Cañizares. Queridos párrocos, sacerdotes y religiosos/as que nos acompañáis. Hermana Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y Junta de Gobierno. Hermano Mayor y Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario. Hermanos Mayores y Juntas de Gobierno de distintas Hermandades y Cofradías del municipio de Roquetas de Mar y comarca del poniente almeriense. Dª. Natividad Rivas Ibáñez, agradeciéndote con este saludo personal el afecto que me has manifestado en tu presentación. Al coro de mi parroquia de Santa Ana y San Joaquín. Cofrades, feligreses, amigos todos.
Y antes de continuar, como no podía ser de otra manera, deseo expresar mi más sincera gratitud y mi profundo agradecimiento a María José, la Hermana Mayor de esta cofradía de la Virgen de los Dolores, a María Dolores Pomares, a José Antonio Pérez Miranda y a su señora Adoración Estrella Cara, y a todo el equipo de Gobierno, así como a todos los cofrades que están presentes en este tradicional acto de nuestro Pregón de Semana Santa, por todas las muestras de apoyo que me habéis dado, desde el primer instante de mi designación.
Imploro vuestra benevolencia y generosidad por los errores que pudiera cometer, pero sabed que los únicos méritos que hoy me hacen vivir este sueño son, los de mi condición de ser cristiano y roquetero. Y desde este momento, permitidme que me encomiende y me ponga bajo la protección de Nuestro Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de los Dolores, para que me ayude a ser un digno pregonero de la Semana Santa de Roquetas. ¡Ojalá pueda devolveros con mi Pregón, la mitad de lo que me hacéis sentir!
Gracias a mi familia, pilar sobre el que se sustenta mi existencia, la pasada, la presente y la futura. A mis amigos, tanto los de aquí que nunca fallan, como los que, sin reparar en kilómetros, vinieron de fuera para acompañarme.
Ciertamente, como han afirmado los anteriores pregoneros que por esta tribuna han pasado, es un verdadero honor llegar a ser el heraldo anunciador de nuestra querida Semana Santa. Honor de poder subir a este lugar para ser quien hable de nuestra Semana Mayor, permitir poder expresar los sentimientos, deseos y emociones de quien vive, siente y, porque no, padece a veces la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Salvador. A veces emociones que se entremezclan con lo religioso, lo personal, lo público y hasta lo irracional.
Y sólo espero y deseo no defraudar a quienes, con tanto empeño, me solicitaron hacer este pregón, y hacer posible humildemente algo que es siempre orgullo para un roquetero con sentimientos cofrades.
No solo vengo a pregonarles cómo se abren las puertas de un templo, ni como sufre un cuello de un costalero en las “levantás”. Me gustaría pregonar una Semana Santa que llegue a todos, no solo a los cofrades, sino también a los que no lo son, incluso a los que no comparten nuestras creencias. Nuestra fe conmemora el abrazo que Dios da a la creación por medio de la Cruz. Dios busca al hombre para salvarlo. Realidad teológica y patente, que en Andalucía la vivimos así.
LA ESPERA
El inexorable paso del tiempo ha hecho que estemos en este punto, donde ya, no hay lugar para la espera.
Roquetas, un año más, se prepara para vivir su Semana Mayor. Sólo unos días nos separan de ese amanecer primero de la semana más hermosa de nuestro calendario, para que, envuelto en esa mística manifestación de lo sagrado, nos dispongamos a vivirla. Todo será igual que siempre porque los cofrades son herederos del legado devocional y tradicional que nos dejaron nuestros antecesores.
Roquetas, siempre presente Roquetas, la Roquetas de la Fe, la Roquetas cofrade, la Roquetas de las Hermandades generosas, solidarias, comprometidas, y trabajadoras, donde sus hermanos, sus Juntas de Gobierno y sus Hermanos/as Mayores realizan una labor digna de elogios en tiempos tan delicados como son los que vivimos en estos momentos.
Somos albaceas de esta forma tan nuestra de vivir estos días santos, pero a la vez, todo será distinto; porque distinto es todo lo que nos depara la vida cada año y distintos son los horizontes de nuestra ciudad y distintos somos nosotros.
Por eso quiero aprovechar esta ocasión para dar mi enhorabuena a los Hermanos Mayores, por el verdadero ejemplo que están dando de hermandad, de solidaridad y de compromiso en todas y cada una de las decisiones que han tenido que tomar, dándoles una normalidad que necesitaban.
Y en esta espera, surgirán también voces que nos critiquen, que no entiendan esta forma de vivir la Semana Santa que tienen los cofrades de nuestra tierra. Sesudos teólogos y oportunistas arremeterán contra las hermandades, pero tantos años, avalando nuestra idiosincrasia cofrade, no pueden desagradar a Dios. Ya lo dijo alguien; “Ser cofrade es la forma más bonita que tiene un andaluz de ser cristiano”. Nuestra forma de actuar esta movida por la fe, y San Pablo, en su carta a los hebreos, nos dice, “Sin fe es imposible agradar a Dios”(Hb11,6). Y después de tantos años de cofradías movidas sólo por la fe, Dios, no puede estar disgustado.
COMPROMISO
Hermanos cofrades y no cofrades. Hermanos en la Fe. Estamos preparados para celebrar los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo. Llegan los tiempos de vivir glorias soñadas, de convertir las calles de nuestra Roquetas en Evangelio, de pregonar al mundo el sentido de aquello en lo que creemos, de desglosar a golpe de horqueta la Fe que profesamos. Hoy vengo a invitaros a salir prestos a sembrar las calles de devoción contenida como solo así sabéis hacerlo. Espero que mis palabras consigan, al menos una vez, tocaros el corazón, transportaros a alguna reminiscencia vivida que os haga emocionar.
Hoy, en Roquetas se vive muy bien, gracias al trabajo y al esfuerzo de todos, pero no debemos de olvidar que, a nuestro alrededor, sigue habiendo hermanos y hermanas a los que la vida no les va tan bien. Y la Semana Santa, en palabras recogidas de nuestro Papa Francisco, es momento de reflexión para que cada uno de nosotros nos digamos, ¿Qué podríamos hacer para que fuesen más felices? Nuestro pueblo ha crecido mucho en riqueza y, como consecuencia, en personas.
Es verdad lo que muchos dicen: “¡Qué esta tierra ha sido bendecida por Dios!”. Y yo me lo creo, ya que, desde que yo llegué aquí en el año 1971, hasta hoy, Roquetas ha cambiado mucho. Pero vuelvo a recordar, “No debemos de olvidarnos de aquellos hermanos nuestros que lo están pasando mal”. Y cuando nuestro Cristo de la Misericordia y su madre La Virgen de los Dolores se encuentren en nuestras calles, se sentirán satisfechos si ven que, tanto los cofrades, como los roqueteros de fe, no se olvidan de sus hermanos necesitados (pobres de la crisis, drogadictos, ancianos abandonados y olvidados, etc…)
¡Ah! Y los inmigrantes, tanto africanos como de otras partes del planeta, que conviven con nosotros. Porque hermanos, no olvidemos que Jesús, con José y María fueron inmigrantes también, en su huida a Egipto. Por eso, creo yo, que están muy contentos con Roquetas, porque es tierra acogedora, y porque son muchos los que están dedicados a facilitarle que su vida aquí tenga sentido, tanto seglares, como sacerdotes, religiosos y religiosas, todos en una muy buena armonía.
Así que, yo quisiera que este pregón pudiera servir para sembrar esperanza en nuestro pueblo, y que Roquetas nunca pierda la Fe en los valores religiosos y en sus costumbres, gracias a nuestro testimonio.
DEDICATORIAS
Una dedicatoria muy especial, quiero expresar para, quienes me enseñaron cómo vivir, cómo sentir, cómo soñar, cómo creer y cómo amar. Me estoy refiriendo a mis padres y también a mis suegros.
Y perdonad que me detenga aquí para resaltar que, quien sembró en mi esa semilla, no sabía de marchas, bordados ni orfebrería. Ella no necesitaba saber de encajes, de costal ni cortejos de nazarenos. Ella era mi madre: ella fue la que cuando yo aún no sabía leer, me recitaba las oraciones frase por frase para que las repitiese antes de irme a dormir. Ella, movida por el dedo de Dios, cuando yo era un crío me llevaba de la mano y me explicaba las imágenes que veíamos en las iglesias. Mi madre era sevillana, del barrio León, en Triana, y por eso, y contemplando las imágenes enmarcadas que teníamos en casa, aquí en Almería, me decía: “Mira, este es el Gran Poder, y esta es la Esperanza de Triana”.
Ella me enseñó que, con levante, lluvia o granizo, había que dejar el beso en los pies del Cristo de la Escucha. Y fue tras de él, tras el Cristo de la Escucha, donde hice mi primera estación de penitencia, con la promesa junto a ella, aunque al final siempre acababa en sus brazos. Más tarde, cuando yo tenía doce años, agradeció mi decisión de ser cofrade de la Soledad. Ella siempre sacrificada, ha sido el mejor catecismo con su ejemplo. La que siempre estuvo en vela al pie de una cama de hospital. Con los estudios que la vida le fue dando, licenciada en caricias, y catedrática en amor. Tuvo que arañar de donde no había para que hubiese. Desgastó sus manos para que nunca nos faltase de nada en casa. Ella es a la que este cofrade que hoy pregona a su pueblo, se lo debe todo. MI MADRE.
También, este pregón es para todos mis amigos que velan desde el cielo, para que mis palabras no suenen temblorosas.
Desde aquí, una mención de admiración, consideración y respeto, para todos mis antecesores, los Pregoneros de la Semana Santa de Roquetas. Hombres y Mujeres, con mucha Fe, con una oratoria que era todo corazón, expresando sus grandes sentimientos. Así también, nuestro recuerdo y nuestras oraciones para todos los costaleros y cofrades que estuvieron con nosotros y ya están en la presencia del Padre.
A LOS COFRADES
A todos los roqueteros, presentes y no presentes, quisiera recordarles que, nuestra Semana Santa no es más que un trasunto de la Semana Santa Andaluza, con muchos problemas, con mínimos recursos, pero con mucho amor y con mucha imaginación para vencer la falta de esos recursos.
¡Qué sí, que nuestras Cofradías son modestas en enseres, en pasos, en medios! Pero son grandes en entusiasmo, en sacrificio y en amor.
Recordad: Nuestra Semana Santa tiene que ser una proclamación catequética de todo aquello en lo que creemos, de todo aquello que esperamos y de todo aquello que amamos.
Ahora, si me lo permitís, quisiera introducir unos pequeños detalles históricos. Uno de ellos, sobre la primera cofradía que hubo en Roquetas.
Para esto, me he ilustrado del libro “ROQUETAS DE MAR. Apuntes para su Historia”, de nuestro querido e inolvidable párroco D. Enrique Silva que, dicho sea de paso, era un gran historiador, y en él he recogido unos apuntes donde nos habla de la única acta que se ha podido encontrar de 1661, en la que se dice que, aparte de estar construida la capilla en el castillo de Santa Ana, en una visita que realiza un delegado episcopal, notifica la existencia de una cofradía en honor de la Santa.
Así fue cómo surgió la primera cofradía, con pequeños incidentes, pero que, con la fe y la buena voluntad de unos y de otros, se llegó a subsanar todo. Esto nos puede servir para recordarnos, que somos humanos y podemos caer en los mismos fallos en que cayeron nuestros cofrades pioneros. Recojamos el ejemplo que pusieron todas las partes, para solucionar los problemas que en las cofradías actuales nos vayan surgiendo.
Hagamos nuestras estas palabras del Papa Francisco, y pongámoslas en práctica: “Tenemos que ser ante todo artesanos del perdón, especialistas de la reconciliación y expertos de la misericordia”
En lo que La Semana Santa se refiere, se celebraba en Roquetas desde que se construyó la primera iglesia. Y que a finales del siglo XVIII existían 11 imágenes. Durante la guerra civil muchas de ellas desaparecieron, pero algunas lograron conservarse.
En las cofradías sólo tenían cabida personas que mantenían una vida cristiana y se obligaban a realizar obras de caridad. Yo añado, que hoy es frecuente encontrar en las cofradías, reglas que tienden a colaborar con Cáritas, Manos Unidas y otras asociaciones benéficas.
SOBRE LA SEMANA SANTA
Y es así, que nuestra Semana Santa tiene mucho y de todo, de antiguo y de moderno, de tradición e innovación, de clasicismo y de modernidad, pero sobre todo tiene corazón, mucho corazón, pasión, emoción para poder sentir y hacer sentir lo que nuestro corazón manda, y eso es mantener nuestra fe. Nuestra fe hecha cultura, por encima de corrientes y aires políticos, sociales e incluso corrientes espirituales que hoy tienen gran fuerza dentro de la Iglesia, que no entiende como entendemos nosotros nuestra Semana Santa, que sólo puede expresarse con esta proliferación de exuberancia y desborde de color, de música, de flores y olores, y un despliegue de medios para dar expresión a esas nuestras emociones de la fe.
La Semana Santa de nuestro pueblo tuvo un impulso nuevo, cuando la inquietud de un grupo de seis familias de la localidad, en 1988, crean la Cofradía de Nuestra Señora de los Dolores, ante la inexistencia de una agrupación de estas características. Para ello, buscaron ayuda en personas expertas en el tema, como era nuestro inolvidable paisano y Canónigo de la catedral de Almería, D. Juan López Martín. La Virgen salió en procesión, por primera vez, en la Semana Santa de 1991.
Pero hermanos cofrades, de lo que se trata, hoy en día, para poder convencernos a nosotros mismos de la propia existencia de nuestras hermandades, es de ser creativos y poner todo el esfuerzo en el día a día, para con gozo poder celebrar el pasado cuando llegue el momento. Dejar de vivir de rentas del pasado para poder coger al toro por los cuernos, al toro del presente. Y digo bien, porque hoy no lo tenemos nada, pero que nada fácil, no ya ser cofrades, sino ser cristianos y católicos.
Hoy tenemos que ser capaces de recuperar la ilusión de los fundadores y el entusiasmo que tuvieron en aquellos momentos, donde los esfuerzos y trabajos eran agotadores, pero la ilusión y la devoción lo eran mucho más. Ahora tenemos que ser capaces de descubrir nuevos cauces para seguir expandiendo y extendiendo nuestra devoción y el amor por nuestros titulares.
VÍSPERAS DE SEMANA SANTA
Y llegará el Domingo de Pasión. Día que pudiera parecer que todo comienza, que los sueños cofrades se adentran en esas semanas de vísperas, que bien pudiera llamarse “semanas de la última espera”. Vísperas cofrades, que son un itinerario de amor.
Cuando los días empiezan a crecer, cuando las claridades primaverales empiezan a disipar las tinieblas invernales, cuando la vida parece renacer de su letargo, la Cuaresma, como última etapa de ese itinerario de amor, nos adentra en esa última víspera, la que nos recuerda, ungiéndonos las cabezas con ceniza, que debemos convertirnos y creer en el evangelio. Empieza la última espera, donde las calles de Roquetas se ven surcadas por parihuelas en las noches de ensayos. Las secretarías de las hermandades son hervideros de cofrades que ultiman la puesta a punto. Pero las vísperas son también de animosas tertulias cofrades.
Nuestro itinerario de amor tiene una última noche que es especial, que aguarda con una impaciencia juvenil el amanecer, porque sabe, que en ese nuevo día desembocan todos los anhelos y sueños de los cofrades de Roquetas. Se acaba la última espera; ¡ya es Semana Santa!
LA SEMANA DE PASIÓN
DOMINGO DE RAMOS
Y llegará el Domingo de Ramos, con un pueblo que se vestirá de gala para recordar la entrada del Señor en Jerusalén, a lomos de una borriquita. En la puerta de la iglesia se bendicen los ramos de olivos entre júbilos y alegrías. Y como aquel cortejo de hebreos que acompañaron ese día a Jesús, los fieles roqueteros lo seguirán en su recorrido triunfal por Roquetas.
MARTES SANTO
El Señor no se olvida de la barriada de las doscientas viviendas y, desde su iglesia parroquial de San Juan, el Cristo de la Expiración, sale para recordar a sus gentes;“¡Qué no os olvido, y estoy con vosotros!” Y recorre sus calles transmitiéndoles un mensaje de amor y consuelo.
Silencio, penitencia, sobriedad, recogimiento y sobre todo hermandad entre los miembros de esta Cofradía de la parroquia de San Juan, son las notas dominantes del martes santo roquetero. Es de agradecer que, en un barrio tan necesitado, sean capaces de hacer presentes la labor pastoral y caritativa que la iglesia católica desarrolla con sus habitantes.
MIÉRCOLES SANTO
¡Ah! Pero en el Miércoles Santo hay un momento, donde la luz de la tarde acaramelada encuentra un refugio en el Puerto de Roquetas. Todavía no habrá pasado mucho desde que la mañana dejó de ser mañana y empezó a revestirse con galas vespertinas, cuando desde la Barriada del Puerto, donde las fragancias marineras se respiran, los cofrades se irán preparando para, desde su iglesia de Santa Ana y San Joaquín, sacar El NAZARENO.
Es una procesión comprometida con los días difíciles que nos toca vivir, y que se erige, entre la sencillez de los vecinos del barrio, como ese eje aglutinador y vertebrador, que empieza a cubrir de esplendores cofrades a la ciudad de Roquetas.
El cortejo procesional, por tradición, hace una parada, en la ermita de la Santa Cruz. Esa ermita que, un día de 1900, un pescador roquetero y fervoroso, Ramón Alcaraz Iborra, junto a su esposa Ramona Gutiérrez Sierra, comenzaron a construir. Pero déjenme que les cuente, muy brevemente que, a finales del siglo XIX, unos misioneros vinieron a nuestro pueblo a predicar. Predicaban la Fe y el Amor a la Santa Cruz, mensaje que caló tanto en Ramón y Ramona, que los llevó a solicitar al Ayuntamiento la concesión de un terreno donde pudiesen construir, a su costa, una ermita donde se venerara la Santa Cruz y sirviese para perpetuar aquellas misiones. Terminaron su construcción en 1905.
“Poder de la Cruz, que de forma indeleble queda grabada en el alma cristiana”
JUEVES SANTO
Y a pesar de ser uno de los jueves, cuya refulgencia brilla más que el propio sol, la tarde se alza sobre los espacios del tiempo, con una clara vocación de noche. Todo se desarrolla con prisas y ya todo empieza a cubrirse de luto. Cristo aparece sobre la Cruz reverdecida por su sangre.
Desolación de Jueves Santo cuando en las calles de Roquetas, el silencio de la Cruz se hace más elocuente si cabe. Cristo de la Divina Misericordia recorriendo las calles del alma de Roquetas estremecida. (Esta imagen fue adquirida por la Cofradía en 1998).
Luto en las filas nazarenas, luto en el tremolar de las llamas que le iluminan. Silencio hasta en el respirar y mirando al Señor en la cruz sólo la oración;
Misericordia Señor, te pedimos
Cristo de muerte serena
Danos tu Misericordia
Señor de eternidades.
(De Rosalía Villegas Cuenca)
Silencio, como el que la Señora de los Dolores soporta cada Jueves Santo. Virgen del corazón atravesado por los siete proféticos puñales.
Ya, hasta la noche ha extendido su manto de negruras, para acompañarla por las calles de Roquetas. Jueves Santo de emoción cofrade. La sabia teología popular mira a la Cruz, como ese lábaro donde agarrarse, cuando la vida pone esas zancadillas, a veces tan difícil de sortear. Agarrarse a la cruz donde sólo un leve y grácil sudario nos recuerda, que la muerte del Señor es sólo la antesala del triunfo de la vida.
Con su mirada, nuestra Madre de los Dolores nos indica, en perfecta didáctica, el valor de la Cruz. Que suerte tiene el cielo de Roquetas, al verse reflejado en los ojos de la Virgen. Qué suerte tiene la primavera de acariciar sus mejillas morenas, por donde se deslizan lágrimas cristalinas.
Mirarte solo mirarte,
Tan amarga y tan serena,
Mirarte y después dejarte,
Que es mucha pena tu pena, Para intentar consolarte.
Versos adaptados, de Antonia Rosa Benavides Vargas, que nació en el Trebolar de Adra, en 1908.
Hemos visto lágrimas, hemos visto oración, hemos visto dar gracias, hemos visto entusiasmo, hemos visto elevarse los corazones hasta Dios, hasta llegar a la Virgen. Hemos visto como el pueblo de Roquetas vibra ante la Virgen y le reza y piropea, la aplaude, la sigue y corre tras Ella por las calles para poder verla de nuevo.
¡Ay Señora!, Reina del Domingo de Ramos, no llores más, que tú pena eclipsa los soles del llanto.
¿Dónde encontrar para ti, pañuelo que soporte tu pena, que acaricie tus mejillas, y dejar tu carita serena?
Viento de levante bravío, olas de mar que te escapas, buscad pañuelo de sedas, “pa” una madre destrozada. Lágrima, desgarro y pena, herida y dolor preso en ella, pañuelo mi voz “pa” tu llanto, desgarro de amor, Tú, mi Reina. (Adaptada del cancionero de saetas de Paco Urrutia)
La imagen actual de la Virgen de los Dolores fue donada por Manuel Rivas Marín y su señora Virginia García Cuenca. Virginia se encargó, hasta su muerte, del cuidado y mantenimiento de la Virgen, y en esta labor le ayudaba, Dolores Bru Sedano que, desde el fallecimiento de Virginia, se encargaría de continuar con esa labor. (Dolores Bru Sedano, era la abuela de Blas Fuentes, autor del cartel de nuestra Semana Santa).
VIERNES SANTO
En el año 1956, el Dr. D. Manuel Marín Amat regaló la imagen del Cristo Yacente. Ya en 1944 había donado la imagen del Cristo Crucificado, imagen que sale en El Vía Crucis la madrugada de este día. Como también donó la imagen de Nuestra Excelsa Patrona, la Santísima Virgen del Rosario.
La Virgen de los Dolores, María Santísima sale a la calle, tan bonita de flores, tan reluciente, tan bien montada en su paso y, sobre todo, tan bien “mecida” por los hermanos costaleros, llevándola con tanto amor,“que son sus tiestos y sus floreros y Ella arriba es la flor”.
María se rompe en el silencio de su Soledad. Todo había quedado guardado en su corazón, y todo había sido traspasado por la espada. Dios sabía a quién elegía como colaboradora para la historia de salvación del mundo. Ella, la que no tuvo ningún reproche cuando veía a su hijo desangrado, azotado y crucificado. Ella, Nuestra Madre y Señora llora en su Soledad, quema su pena en el monte calvario y arde su dolor, pero sin consumirla.
Cuanto darías tú como Madre, tu costado y tus manos para ser travesados. Cuanto darías Madre, tu espalda y tus sienes, por no ver a tu hijo muerto en tus brazos
¿Qué susurran tus labios, Madre Virgen Dolorosa?
La luna gotea rocío sobre tu aliento, para dar la vida al que en tus manos yace.
Guardad silencio y dejadla sola, que la Virgen canta una nana a su hijo de las Almas.
No digáis que el Señor va muerto, decid que solo se quedó dormido. Dejad que su Madre le arrope y cante, hasta que llegue el Domingo.
(Del cancionero de Pepe Sorroche)
FINAL
Los cofrades tienen el privilegio de mostrar el evangelio de Nuestro Señor de la forma más hermosa creada por el hombre: a través de nuestra Semana Santa.
Un amigo del norte me preguntó un día, que por qué nuestra Semana Santa era tan…excesiva, tan extremista. Y yo le contesté, que San Juan en su evangelio, nos dijo que:“Dios, habiendo amado al mundo, lo amó hasta su muerte”, y por eso, nosotros aquí en Andalucía queríamos devolverle, con amor, ese gran y generoso favor que nos hizo. El hombre, claro está, no entendía nada, y eso me llevó a pensar la suerte… ¡no, no es esa la palabra! La gracia, ¡esa sí! La gracia que tienen los cofrades al recrear nuestra fe de la forma más hermosa, más excesiva, más extrema que podamos imaginar. Volcando en ella nuestra forma de ser, nuestro sentir más profundo. Esa manera del sur de mostrar nuestros sentimientos a todo aquel que lo quiera ver, con orgullo, con devoción, con talento, con pellizco, con exageración, con arte…señores con arte…y el que no lo entienda…lo respeto pero que no me diga que te sobra algo…que a ti…a ti no te sobra “ná”.
Que no te sobra un clavel. ¡A Ti que te va a sobrar! Si no hay cara más divina con que se pueda soñar. ¡Que son muchos tus rosarios! ¿Sabrán lo que están diciendo? Si cada cuenta es un beso “pa” decirte que te quiero. | Mil cirios yo te pondría para iluminar tu cara y enseñarle a todo el mundo la gracia de tu mirada. Que no te sobra un clavel. ¡A ti que te va a sobrar! Si tú rebosas cariño De manos de esta HERMANDAD |
A mi esposa, a mis hijos/as y a mis nietas, con los que recorro los
caminos de la vida.
A mis hermanos/as, sobrinos/as,
y a mi familia.
Al Cristo del Mar y de
la misericordia.
A mis vírgenes, del Carmen, del Rosario,
de los Dolores y de laSoledad,
siempre presentes en mivida.
A mi Santa Ana, patrona del Puerto.
A los cofrades de Roquetas de Mar.
A Roquetas de Mar, por todo lo que
me da a cambio de nada.
D. Ignacio Jiménez Carrasco. ROQUETAS DE MAR, 3 DE MARZO DE 2018.


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