Cada vez hay más vida
de Hermandad. Aunque no es menos cierto que cada vez estamos más estresados y
no nos deja mucho tiempo la vida profesional y personal para poder hacer esa
vida de Hermandad que sería más apetecible por lo que significa para el alma. Pero
la hemeroteca da fe y testimonio de que es raro el día o la semana en la que en
las Casas de Hermandad o salones parroquiales no se realizan un sinfín de
actividades y actos, unos de una índole más espiritual, pero otros de diversas
variedades relacionadas con la cultura religiosa o no – exposiciones,
conferencias…-
En cuanto sí la vida de hermandad es o no auténtica, eso no
sabría valorarlo, yo quiero creer que sí, aunque podría ser más intensa, aunque
también podría ser menor, así que dejemos el ritmo y la cadencia que quieran
marcar los cofrades dentro de su autonomía pastoral.
Ahora cuando termina
la Semana Santa los cofrades continúan con sus actividades de las Cruces de
Mayo, el Corpus Christi, Pentecostés-Rocío, las fiestas patronales – Virgen del
Carmen-, la Virgen del Mar, la fiesta de
Todos los Santos, la Navidad, Reyes Magos, Romerías, etcétera.
No nos engañemos: entre
los Hermanos que integran las Cofradías
almerienses hay un poco de todo. Está el pasivo que se limita a pagar su cuota,
asistir todo lo más al cabildo general, a votar al Hermano Mayor en las
elecciones (o ni eso) y a presenciar la Estación de Penitencia desde fuera del cortejo a "su" Cofradía como un mero espectador, sin implicarse en
nada más.
También hay Nazarenos, Costaleros y Mantillas que una vez que la
Virgen entre en Templo, cuelgan la túnica o el costal o la peineta y hasta el año que viene. Pero por
suerte todas las Cofradías tienen un grupo de miembros muy comprometidos y
activos que sí hacen auténtica Hermandad, que se desviven, que se esfuerzan
para que la salida procesional sea impecable, que no falle nada. Limpian plata,
queman cera, adornan floralmente los pasos, buscan publicidad para los
boletines cuaresmales, cargan los pasos, portan cirios y pesados enseres….
Que
organizan y asisten a los actos y a los cultos de la Hermandad todo el año. Pero
hagamos autocrítica y reconozcamos que la asignatura pendiente de casi todas
las Hermandades es precisamente eso: la falta de hermanamiento y de convivencia
entre todos el resto del
año, no solo el día de la Estación de Penitencia que a todos une. Y también
sobran camarillas, dimes y diretes y enfrentamientos.
Rafael Leopoldo Aguilera
Ginés Valera Escobar
Diario de Almería a 16 de abril de 2017
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