Pocos
años después de concluida la Guerra Civil, hacia 1947 había dos Vis Crucis
penitenciales multitudinarios en la
Semana Santa almeriense: el Jueves Santo lo hacía Nuestro Padre Jesús de la
Pobreza y como siempre salía el Cristo
de la Escucha el Viernes Santo.
Siendo
Obispo de Almería Diego Ventaja, en plena República y antes de que se
suprimieran las procesiones en nuestra ciudad, se constituyó en 1935 la
Archicofradía de la Hora Santa, que encargó el titular cristífero al imaginero
granadino Eduardo Espinosa Cuadros, autor también del misterio del
Descendimiento de la Cofradía del Silencio.
Se
trata de una imagen para vestir que permanece aún expuesta al culto en la Iglesia de Las Claras. Un
curioso Cristo articulado en sus brazos y rodillas que bien escenificaba la
oración en el huerto de los olivos con un cáliz sobre roca o se convertía en un
nazareno con cruz al hombro, corona de espinas y tres potencias relucientes.
Era portado sobre unas humildes andas, con faroles y pequeñas jarras, por 12
hombres con sencilla túnica morada y faraona cubriendo sus cabezas. La multitud
de fieles y devotos que acompañaban lo hacían con total recogimiento, sobriedad
y sin ninguna ostentación externa y paraban a rezar las Estaciones en unos
monolitos de mármol con cruces de madera inscrustadas.
Como
nos describen Rafael Rodríguez Puente y Rafael Leopoldo Aguilera, el cortejo
procesional madrugaba y a las cinco de la mañana efectuaba su salida de la
Iglesia Conventual de Las Claras para proseguir
por las calles Jovellanos, Marín, Hernán Cortés, Plaza Flores, General
Rada, Avenida del Generalísimo, Puerta de Purchena, Alejandro Salazar, Plaza
del Carmen, Antonio Vico hasta el Cerro de San Cristóbal, a modo de Monte
Calvario, al encuentro con el Sagrado Corazón de Jesús.
En
1930 fue bendecida en el Cerro de San Cristóbal la estatua dedicada al Corazón de Jesús, obra en mármol
blanco de Macael del escultor José Navas Parejo sobre una monumental base
capilla con relieves, con el escudo de Almería.
Los jóvenes de Acción Católica fueron incapaces de
contener a una muchedumbre incontrolada y al poco del alzamiento nacional fue
dinamitado el conjunto monumental en 1936 a sí como una Capilla que allí
existía. Tras la Guerra Civil, el
Arquitecto Guillermo Langle Rubio (1895-1981) diseñó una estructura piramidal
cerrada con visera trasera cubriendo un altar (ya desaparecida) y el polifacético Jesús Pérez de Perceval del
Moral, (Almería, 1915-1985) restauró la escultura a partir de los fragmentos
que se conservaron intactos y talladas las piezas rotas. El día 28 de abril de 1946, domingo in albis,
don Enrique Delgado Gómez, entonces Obispo de Almería, bendecía el nuevo monumento.
Al
alba descendía ya del Cerro de San Cristóbal la marea de mujeres enlutadas
serpenteando por las Calles Antonio Vico, Plaza del Carmen, Alejandro Salazar y
Las Tiendas, con entrada al templo de Las Claras. Hace años que por la
Agrupación de Hermandades y Cofradías se propuso a los últimos sobrevivientes
de la Archicofradía de la Hora Santa disuelta en 1967 recuperar la tan
arraigada tradición y éste añorado Vía Crucis, cita de peregrinación obligada y
enorme devoción, pero Ángel del Rey, Capulino y los demás no facilitaron que
Nuestro Padre Jesús de La Pobreza volviera a procesionar por las calles
almerienses, para regocijo de creyentes.
Ginés Valera Escobar
Hermano de la Santa Cena
Publicado en el DIARIO DE ALMERÍA 24.03.2016
Publicado en el DIARIO DE ALMERÍA 24.03.2016
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