SI. Hoy como ayer tienen sentido pastoral. Sí realizan lo
establecido en sus Reglas tienen sentido. Sí dedican su tiempo de forma
altruista y filantrópico al servicio de los más necesitados materialmente y
espiritualmente tienen sentido. Sí se dedican a engrandecer el patrimonio
material y a realizar un magistral cortejo procesional, tiene sentido dentro de
lo que llamo la “cultura del entretenimiento”, será un buen y excelente teatro
religioso, pero hueco en su interior.
Hoy, muchas Cofradías, realizan una loable y
plausible labor de caridad en las parroquias donde se encuentran sus sedes
canónicas, y coadyuvan a las necesidades actuales de todo tipo, fieles a las
Bienaventuranzas del Evangelio. Aunque, no es menos cierto, que esta labor
apenas tiene eco mediático. Sí las Cofradías no hacen nada por los refugiados,
por los huidos de las tiranías, por los más pobres, por los enfermos, por los
perseguidos, por los ancianos, por los que están solos. No es una Cofradía,
será otra cosa, una opereta.
SI. En esta sociedad cada vez más secularizada, de pérdida
generalizada de valores, de adoración al becerro del oro, donde parecen
imponerse actitudes laicas y de deshumanización, quizá también por nuestra
grandísima culpa al no dar los Católicos
suficiente testimonio de Fe con nuestro poco comprometido comportamiento
diario, no hay que apartarse de la única razón de ser de la Semana de Pasión:
la piedad popular de la Semana Santa queda reflejada en las distintas escenas
pasionales que componen el relato secuencial del sufrimiento y muerte de Cristo
y su resurrección gloriosa, con una rica plástica de imaginería y dramaturgia
procesional representada en todas las Pre-Hermandades y Hermandades
capitalinas.
Toda la Semana Santa se centra y gira en torno al núcleo de la Fe
cristiana, es decir, el misterio pascual de Cristo, el camino de conversión al
Evangelio es la prueba que da validez a cuanto comprometemos en la piedad
popular. Ahora más que nunca, las Hermandades y Cofradías penitenciales
almerienses tienen razón de ser para contribuir con sus fines caritativos a
amparar a los desfavorecidos, a aumentar el crecimiento espiritual de los
Hermanos y a dar testimonio de Fe en la sociedad, sin olvidar tampoco la puesta
en valor que realizan al enriquecer el patrimonio artístico-religioso de la
Iglesia.
Rafael Leopoldo Aguilera@Ginés Valera Escobar
Publicado en el Diario de Almería 27.03.2016
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