Clamor y júbilo en el Barrio de los Ángeles. Una soleada y azul tarde primaveral y fervorosa acogió en el casco antiguo a la Virgen Soberana de los Ángeles
Nuestra Señora de los Ángeles Foto: Doña Marina López Fernández |
Domingo de Ramos en el Barrio los Ángeles, en la calle Plata, se rompió el silencio expectante cuando la Agrupación Musical Virgen de las Mercedes de Oria, como antes era tradicional en las cofradías almerienses, abría el cortejo procesional y nos indicaba, con toques de corneta y tambores de las antiguas bandas del Ejército, la presencia de la cruz de guía alzada y dos centenares de nazarenos revestidos con túnica blanca, y antifaz y capa azul celeste, llenando las calles con el reflejo del cielo de un colorido penitencial sin igual, para dar paso a la dura representación de la verdad, en calle Diamante, al paso de palio de la dolorosa de María Santísima de los Ángeles.
Primorosamente vestida con las manos sentidas de Juan Rosales, y el estreno de un sobremanto realizado en los talleres de la Cofradía, y las dulces mecidas de sus 40 costaleros bien igualados y armónicamente andando a las órdenes del afamado capataz Francisco Salas Frías y los contraguías Juan Manuel Fernández Cañabate y José Mateo López, con los sones musicales de la Banda de música de los Iris de Instinción interpretando piezas que nos acercaban a la bella imagen de Dubé de Luque.
Dejó el escenario del popular barrio almeriense de los Ángeles para adentrarse camino de la Carrera Oficial, con paradas fraternales en las Iglesias de San Sebastián y Santiago Apóstol, siendo recibida por las Juntas de Gobierno de las Hdades. del Cristo del Amor, Virgen del Carmen y la Soledad, para continuar su camino y saludar con reverencia a la Patrona de Almería y adentrarse en una abarrotada carrera oficial tras pedir la venia a la hora prevista.
María Santísima de los Ángeles Foto: Dña. María del Mar Aguilera López |
La presidencia integrada por el Director espiritual Ángel Beltrán Velasco y miembros del Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil.
Publicado en el Diario de Almería 18/04/2011
Texto: Rafael Leopoldo Aguilera
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