Incivismo ciudadano. Las Cofradías realizan mucho esfuerzo humano y material para que sea respetado y admirado.
Nuestra Señora de los Dolores, La Soledad. Foto: María del Mar Aguilera |
Determinadas personas se dedican a levantar y alzar la voz cuando ven discurrir procesiones de silencio, mientras toman sus aperitivos en las cafeterías por donde discurren las Hermandades, no siendo capaces ni de siquiera levantarse unos minutos al paso de la imágenes, y otra mención especial es la de todos aquellos que se dedican a mascar desmesuradamente algún tipo de chicle y pipas, y lanzarlos desde el aparato digestivo hacia fuera, caiga dónde caiga , sin ni siquiera pensar en que muchos de los participantes de los desfiles van descalzos cumpliendo alguna promesa.
Otros, se enfrentan con los responsables de la carrera oficial, personas que dedican de manera altruista sus horas de descanso personal al mundo de las cofradías, quitando horas al ocio y al descanso, y que se tienen que enfrentar a gente que intenta atravesar el recinto por lugares acotados, o utilizan las tribunas como lugar donde sentarse para hacer botellón, y a cambio no reciben más que insultos y descalificativos a los mismos, que van desde “fascistas”, “republicanos”, etc., y muchas cosas más que evito repetir pero que forman parte de la violencia dialéctica de la grosería. ¿Es justo para personas que velan tanto por los que van dentro del cortejo como por los que los ven desde fuera?
Y que decir de los establecimientos que cuando discurre la Cofradía, en vez de bajar durante unos minutos el sonido musical, casi lo aumentan, siendo no sólo una provocación y afrenta para quienes están viviendo la Pasión procesionista, sino una actividad molesta para los vecinos colindantes.
Y a esta Semana Santa no le faltó nada más, que el partidito de fútbol del Miércoles Santo, menos mal que ya no torea el Cordobés, y que sólo fue un gol al final, porque sino hubiera sido un griterío constante durante todo el recorrido para las dos hermandades que hicieron su Estación de Penitencia ese día por Almería.
Y después hay algo, que sigue siendo de una actitud incívica, que incluso habiendo colocado señalización por parte del Ayuntamiento para prohibir el estacionamiento, algunos hacen caso omiso, y aparcan sus vehículos, con el correspondiente piterío del claxon de éstos u otros vehículos que tienen prisa por llegar a algún pub o cafetería.
Lo peor, es que queremos una Semana Santa que sea declarada de Interés Turístico Internacional, y después del esfuerzo que realizaron dos Cofradías el Jueves Santo, una en regresar a su templo, y otra, en realizar su Estación de penitencia, Almería da la espalda a las mismas, y en vez de acompañarlas y darles el calor que necesitan, se produce la “espantá”, como lo de algunas tardes de “Curro Romero”, y se discurre por un trayecto vacío, ,con la única compañía de los que algunos progresistas critican como “capillitas”. Pues esos, nunca fallan, siempre están ahí, arrimando el hombro con pasión.
Desde aquí pido una reflexión, si cree piense si en algo puede mejorar, si no cree respete y déjenos creer a los demás.
Publicado en el Diario Almería 24/04/2011
Texto: Rafael Leopoldo Aguilera
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