A pesar de la lluvia, la Macarena al compás de la bulla. Fervoroso cortejo procesional a su paso por la cincunvalación del Coso taurino de la Avenida de Vílchez
Artículo diario de Almería 19/04/2011
Texto: Rafael Leopoldo Aguilera
María Santísima Esperanza Macarena Foto: Dña. María del Mar Aguilera |
Durante una hora se tuvo que recoger la Cofradía de la Macarena en la Parroquia de San Sebastián, con ocasión de remitente lluvia, volviendo a salir a las veinte horas camino de la carrera oficial.
Se varió el paso por carrera oficial, discurriendo detrás de la Cofradía del Gran Poder.
Se varió el paso por carrera oficial, discurriendo detrás de la Cofradía del Gran Poder.
A las 17,00 horas de la tarde, con una tarde preocupante para todos los cofrades por la amenaza de viento y la negritud de las nubes, que en un principio no traían lluvia, salvo algunas gotitas, como lágrimas por tan injusta Sentencia humana, elevaban plegarias los hermanos macarenos para poder disfrutar con la Soberana Macarena por toda Almería.
Mientras, el albero del coso taurino arenado, con la visión de tercio de quites y con un lance de verónica, a penas cien metros, desde la Iglesia de San Ildefonso, se escuchaba a la multitud de personas que se congregaban para presenciar con candor purísimo la salida de una de las Hermandades con más tirón popular almeriense, y que todos los años vuelve para hacernos triunfar sobre la muerte a la única voz de “A ESTA ES", la Cofradía de la Macarena.
El ritual cofrade se repite todos los años con renovado espíritu de conversión, y las palabras del consiliario Francisco Salazar exhortando a los hermanos macarenos para realizar con plenitud una penitencial Estación para que las miradas se busquen, las manos se estrechen, los hombros se unan, y el mensaje esperado anime nuestro sentir con las imágenes del Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza Macarena.
Comenzó el cortejo con el murmullo de las miles de almas que iban acompañando a la Esperanza como luz del Lunes santo en Almería en la Macarena y causa de alegría en el barrio de San Blas, con el tramo del paso de misterio, cruz de guía alzada, senatus, corona de hojas de laurel y en el centro el busto de perfil del César, terminando con un Águila Imperial y un centenar de nazarenos revestidos con el hábito y capa de color beige, con antifaz y cíngulo Burdeos.
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia Foto: Dña. María del Mar Aguilera |
A los sones de la magnífica Banda almeriense de Cornetas y Tambores de Santa Cruz, y con aires taurinos de clarines y timbales, asomó en el cielo tras el dintel del templo la imagen soberana del Señor de la Sentencia, en el majestuoso paso barroco del Pretorio, con ornato floral de lilium morados, y una cuadrilla de costaleros dirigidos por el afamado capataz Félix Miguel Donis, que hicieron vibrar los corazones de la fe macarena con el sentido más jubiloso y profundo camino hacia el casco histórico, entre el canto de saetas doloridas, atravesando por primera vez la calle de las Tiendas y su estación exterior por la catedral almeriense.
A continuación, la sección de los hermanos de la Esperanza Macarena, ayudados por la diputada de tramo María de los Ángeles Gázquez, y revestidos con el hábito y capa de color verde, con antifaz y cíngulo verde, portando largos cirios; la bandera e insignias corporativas, libro de reglas y estandarte corporativo, junto a la Presidencia, en la que se encontraban miembros del Cuerpo Nacional de Policía, el torero lorquino Pepín Jiménez y la concejal del Ayuntamiento de Roquetas de Mar Eloisa Cabrera.
El Paso de la dolorosa bajo palio, adornada con claveles blancos y rosas blancos, y flanqueada por miembros del Cuerpo de la Policía Nacional, iba mandada por el magnánimo capataz Francisco Javier Jiménez López, que llevó con suma delicadeza la dirección de sus 45 costaleros bajo el yugo de la trabajadera.
Destacar su paso por el templo de San Sebastián donde fue recibida la Virgen dolorosa por el Cristo del Amor, la llegada al Santuario de la Patrona, y el impresionante el regreso al templo por la calle de las Cruces al pasar por las casas de hermandad del Silencio y el Perdón al ritmo penitencial de la “bulla macarena” que pusieron el colofón a una Estación de Penitencia pletórica de fervor y devoción.
Artículo diario de Almería 19/04/2011
Texto: Rafael Leopoldo Aguilera
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