El Cautivo prendió Almería. "Cum laude" el cortejo procesional de Real, Ilustre y Sacramental Cofradía del Prendimiento.
Puede ser que sea este el último año que procesionen desde la Catedral al inaugurarse la Casa de Hermandad el próximo día 14 de mayo.
A las 6 en punto de la tarde, en una plaza de la Catedral abarrotada de público impaciente por ver la primera de las cofradías del Miércoles Santo, se oyó un crujido de cerrojo de las cancelas, y las puertas de la Catedral se abrieron de par en par, y una exclamación silenciosa de fervor se dejó sentir en las miles de almas al ver aparecer bajo el dintel de la puerta catedralicia, un nazareno portando sobre su cintura la cruz de guía, símbolo de la Redención, y el primer tramo de nazarenos revestidos con magnificencia y piedad la túnica marfil con escapulario y antifaz azul por tanto largos cirios de cera roja, por el carácter Sacramental de la Cofradía, correspondientes al Paso de Misterio del Prendimiento de Jesús, envuelto en un nebuloso incienso con olor a pasión, y con ornamentación floral de claveles rojos sangre toro, dirigido por los capataces David Marín y Calor Galices, y auxiliados por Juan Leal, Antonio Rodríguez e Isaac Vílchez, y los acordes musicales de la Agrupación musical “Nuestro Padre Jesús de Pasión “ de Linares, interpretando “Al tercer día”.
Previamente, se dirigieron al Palacio episcopal, el Consiliario Juan José Martín Campos, Hermano Mayor Enrique Marín Sorroche, el Fiscal de Paso de Palio José Miras Asensio, el Vicario General, Tomas Cano , y acompañados por el Alcalde de la ciudad Luis Rogelio Rodríguez Comendador, para solicitar en perfecta comunión eclesial la venia para iniciar la Estación de Penitencia, siendo protocolariamente concedida por Monseñor González Montes, recibiendo postrados de rodillas y en acción de gracias la bendición de Dios para iniciar el cortejo procesional.
En el interior del templo, se llevó a cabo por el canónigo magistral Martín Campos las preces de ritual, con indicación del verdadero significado de la Estación de Penitencia, habiendo sido necesario haber confesado y estar en gracia de Dios, procediéndose a rezar un Padrenuestro y un Avemaría, e impartiendo la bendición a todos los integrantes del cortejo procesional.
El cortejo procesional de la Cofradía fue un auténtico ejemplo piadoso de todo lo que supone el ritual litúrgico procesional de una Estación de penitencia, mucho orden y sobriedad en el discurrir de los nazarenos de luz o cruz, y los que llevan determinados atributos, que dan al cortejo una lectura evangélica de cuanto sucedió en el Jerusalén de hace dos mil años.
Tras la salida del primer Paso, el diputado mayor Blas Marín, ordenó la salida del segundo de los tramos, con la presencia del Guión del Grupo de Artillería de Campaña II de la Legión “Rey Alfonso XIII”, hermanos mayores honorarios, portado por oficiales, suboficiales y tropa con suma marcialidad y mística legionaria, invocando al Señor Cautivo de Medinaceli, la protección y ayuda divina al Señor de la Vida y la Esperanza ante las loables tareas como fuerza de pacificación y labores humanitarias que realizan en determinados conflictos a nivel internacional.
Tras el Guión del L aniversario fundacional y el guión del Jubileo de las XL horas, por ser una Hermandad Sacramental, y la presidencia del paso integrada por el Vicario General Tomás Cano, procesionó la impresionante imagen barroca de Jesús Cautivo de Medinaceli, “Señor de Almería”, con la cera de sus penitentes e iris, ambos morados, la mayor devoción pública de fe de Almería. Llevado al compás con finura y elegancia por treinta hombres costaleros bajo la dirección del afamado capataz Francisco Romero y auxiliado por Cristóbal Moya y Javier Alonso, que alargaban el paso a los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de Santa Cruz, cuyos sonidos hacían vibrar el ambiente melancólico de la tarde- noche de ver la ignominia a que fue sometido la impresionante imagen que tallara Dubé de Luque vestida con exquisitez y dulzura por Blas Marín.
Y sobre las siete y cuarto de la tarde, uno de los momentos más esperados de la pasional semana Santa, el aire se quedó absorto, las golondrinas revoloteaban alrededor del campanario, y en el cielo se vislumbraban los últimos rayos del caliente sol almeriense. Apareció la Reina y Soberna, la Inmaculada Concepción, Asunta al Cielo, y Corredentora de la Salvación, María Santísima de la Merced. Toda la plaza de la catedral era más que un clamor, cuando tras la primera levantá a los sones del Himno Nacional, máxima tributación de la sociedad civil a nuestras Sagradas imágenes, comenzó su andadura camino de la carrera oficial proclamando su Maternidad Divina. La Virgen de la Merced iba radiante, como nunca, vestida por el cofrade Juan Antonio Barrios, toda su candelería encendida por el pavilero José Escobar, con un adorno floras exquisito realizado por miles de claveles blancos y frecsias malva colocadas por las primorosas manos de Rogelio Fernández, y cuarenta magníficos costaleros, que levantando “Al cielo”, a la voz de los creativos y magistrales capataces padre e hijo Luís Pardo, y sus ayudantes Francisco Martínez y José María Martínez, a los acordes musicales de la marcha “Paloma mercedaria” interpretada por la Banda de Música Santa Cecilia de Sorbas.
Estrenó la Virgen de la Merced doce mariposas bordadas sobre terciopelo azul en plata, canutillo de oro y jiraspe, lentejuelas y perlas blancas para los cordones del paso de palio, bordados por la cofrade Carmen Muley y donadas por la Asociación de Lupus de Almería.
Como es tradicional desde hace años, el Alcalde de la ciudad Luis Rogelio Rodríguez, y el Alcalde de Roquetas de Mar, ambos hermanos de la cofradía, procedieron a realizar las primeras “levantás” en la Catedral, y en la Calle Real, simultáneamente, tras visitar en el Convento de Clausura de las Madres Clarisas, a la Madre Abadesa y hermanas, e impartiéndose la bendición por el canónigo magistral, en el templo completamente rebosante de fieles que saben que este encuentro es un momento íntimo y estelar de nuestra Semana Santa.
Publicado en el Diario de Almería 21/04/2011
Dedicado a D. Manuel Martínez Ramírez, Pregonero de la Semana Santa, y hermano de esta penitencial Cofradía
Texto: Rafael Leopoldo Aguilera
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