Un año más, Guillermo Padilla vuelve a sorprender a almeriense y visitantes con una ornamentación distinta de la Santa Cruz de Mayo que ya es tradicional que esté presente en esta fiesta de gloria en la sede de la Hermandad Eucarística de la Santa Cena y María Santísima de Fe y Caridad, situada en pleno casco histórico en la Calle Lectoral Sirvent, junto a Tiendas y próxima a la Cruz del Silencio. Si la pasada primavera este artífice floral obtuvo el primer premio en el concurso del Ayuntamiento en la modalidad de Cruces y el segundo en Mayas, este año se supera a sí mismo al enmarcar la Cruz de forja de hierro -atravesada por claveles reventones de color sangre que vencen a la muerte de Cristo y salpicada de pillanovios blancos que estallan en gloria- con un arco lobulado al estilo nazarí donde predominan el clásico encalado blanco con el tradicional azulete almeriense. Geranios y gitanillas compiten con margaritas en hacer que resplandezcan las macetas de barro de Níjar, que a su vez rivalizan sin desmerecer con la elegante loza portuguesa. No se sabe qué reluce más, si las perolas de latón y cobre o el brasero donde los niños ensayan puntería al lanzar las monedas, que rebotan. Y de fondo, una tela blanquiazul, muy marinera, que sólo se atreven a tapar tres mantones de manila, centenario uno de ellos de color beigue y rojo y una clásica guitarra española por si alguien se anima a sacarle unos acordes, contento con el vinillo que ha apurado en el ambigú y arrastrado por el sevillaneo y el buen ambiente. ¿Un pero? Pues sí, que faltan el pero y las tijeras para cortar la lengua de quien se atreva a hacer crítica...y hay quien lo echa de menos, pero eso ya es tradición...
El trabajo de los Costaleros consiste en cargar “a costal” los Pasos de Misterio y de Palio de las Imágenes Titulares de las Cofradías en su Estación de Penitencia, recayendo todo el peso de los tronos en cada trabajadora y sobre su séptima vértebra cervical. Antes de los años 80 solían ser estibadores del puerto o trabajadores acostumbrados a grandes esfuerzos físicos, pero hoy predominan estudiantes o Cofrades con trabajo sedentario, por lo que cualquier precaución es poca y para prevenir factores de riesgo o posibles lesiones, siempre es recomendable pasar un reconocimiento médico previo a la salida procesional. Forman el cuerpo de Costaleros de las Cofradías el Capataz Mayor, los Capataces, los auxiliares de Capataz, los Contraguías, los Jefes de Cuadrilla, los Costaleros que cargan y sus respectivos relevos. Resulta saludable que la edad mínima del Costalero sea superior a 20 años, para no someter a gran intensidad a jóvenes que aún no hayan completado su crecimie
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