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El cuerpo de acólitos

FRENTE a otros cuerpos más llamativos como los Costaleros, Mantillas o Nazarenos de cirio, poco se comenta en Almería la función de los Acólitos en la Estación de Penitencia de las Cofradías de pasión. En el mundo cofrade la palabra "acólito" se utiliza para designar al grupo de servidores que asisten en los pasos de Misterio y de Palio como portadores de ciriales, incienso y cruz parroquial. Encontramos así el "pertiguero", personaje pasionista con gran responsabilidad ya que dirige al resto de miembros como maestro de ceremonias; el "ceroferario" o encargado de llevar los ciriales o portar cirios o velas; el "cruciferario", que lleva la cruz parroquial, abriendo el tramo de la Virgen, generalmente; los "turiferarios", que son los encargados de portar los incensarios; el "naveta"; "auxiliar o asistente", acólito que lleva el canasto con las pastillas de carbón, pabilos, cerillas e incienso. 

En el cortejo procesional, el Pertiguero marca las órdenes al cuerpo de Acólitos con golpes de pértiga y suele llevar una vestimenta especial denominada ropón de época, parecida a la dalmática y colgado en el pecho el escudo de la Hermandad, de plata por lo general, sujeto con un cordón que culmina en borlón cayente sobre la espalda. Por lo que respecta a las vestiduras de los acólitos, siempre en número par, visten impropiamente dalmáticas, vestidura diaconal, con gran barroquización estética. Los colores de las dalmáticas y el ropón suelen ser el negro, burdeos, morado o rojo. A veces añaden gola en el cuello y las medias suelen ser blancas o negras, con zapato negro y hebilla. En algunas Cofradías van ataviados con sotana, alba y dalmática, generalmente en damasco brocado o bien con túnica y esclavina o túnica negra y roquete. 

La Estación de Penitencia es el principal acto de culto externo de las Cofradías, situándose el cuerpo de Acólitos inmediatamente delante de los pasos de Misterio y de Palio. Se diferencias los ceroferarios y los turiferarios, como ya he adelantado. Los primeros llevan cirios y van alumbrando las Sagradas Imágenes como reminiscencia de cuando la iluminación eléctrica no existía. De modo que se denomina "cirial" a cada uno de los candeleros altos, cual pértigas suntuosas, que llevan los acólitos ceroferarios, de gran riqueza artística tallados en madera de caoba o metal semi precioso. 

Aunque no tiene fundamento litúrgico, lo habitual es que las Hermandades sacramentales sitúen seis Acólitos ceroferarios como señal de mayor respeto. Por similitud con el altar, el pertiguero es el responsable de que los ciriales estén siempre alzados mientras el paso permanece levantado o en chicotá y que los servidores no se distancien del trono. Por ello la presidencia del cortejo antecede siempre al cuerpo de Acólitos. El color de las velas de los ciriales siempre es del mismo color que los cirios del paso al que acompañan (color cera o rojo pasión). 

Con relación a los turiferarios, sus miembros tienen las misión de agitar los incensarios y llevar la naveta y el canasto donde se guardan las pastillas de carbón para avivar el fuego, los pabilos y las cerillas. El incensario se llama también "turíbulo", que proviene del griego thus (incienso), de ahí el raro nombre de turiferario o portador del turíbulo o incensario. Son pequeños braseros con cadenillas y tapa para inundar la procesión de olores agradables y envolver todo en una atmósfera emocional y muy estética. El incensario se compone de una vasija inferior opaca y una superior calada, colgando todo ello de unas cadenas que recogen en una parte superior o mango. En el recipiente inferior se consumen las materias olorosas y el humo asciende y se esparce por las rendijas superiores, sirviendo las cadenillas para agitar el conjunto y esparcir el humo antes de la llegada del Paso. 


Y las navetas hacen honor a su descriptivo nombre, con una tapa superior por la que se introduce una cucharilla que va extrayendo el incienso a medida que hay que reponerlo por la combustión, con forma parecida a la cuna de un bebé, tan de moda. De ser niños y lucir túnica con esclavina los que custodian el carbón y el incieso, se les conoce como "monaguillos". La quema de incienso siempre ha estado asociada al homenaje a la Divinidad, lo que se reafirma en el mundo cristiano desde la ofrenda de los Reyes Magos al Niño Jesús. El incensario se lleva con la mano derecha, moviéndolo constantemente de atrás para delante, en el sentido de la marcha y jamás de derecha a izquierda para no golpear a nadie, ni a los devotos en las estrechas callejuelas del casco histórico. La mano izquierda va colocada en el pecho y a su izquierda va el portador de la naveta.

Ginés Valera Escobar


http://www.elalmeria.es/article/semanasanta/1752790/cuerpo/acolitos.html

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